El director Alejandro González Iñárritu fue el gran triunfador de los Óscar con la película «Birdman», una comedia sobre el ego y la autoestima que confirmó por segundo año consecutivo el reconocimiento de la Academia al talento de un cineasta mexicano.
Iñárritu se fue a casa con cuatro de los nueve premios a los que optaba, entre ellos Mejor director y guión original, y batió a «Boyhood», la otra gran favorita de la noche, que tuvo que conformarse con el galardón a Mejor actriz de reparto para Patricia Arquette.
«El gran hotel Budapest», la otra comedia en liza, también se llevó cuatro estatuillas aunque todas técnicas, mientras que «Francotirador», «The Imitation Game» y «Teoría del todo» fueron recompensadas con un premio.
El gran perdedor de la gala fue el drama «Foxcatcher», de Bennett Miller, que no recibió ni uno de los cinco galardones por los que pujaba.
Iñárritu en cambio subió hasta tres veces al escenario del teatro Dolby de Hollywood, después de que los miembros de la Academia quedaran fascinados con su historia sobre un veterano actor -interpretado por Michael Keaton- que intenta recuperar su fama haciendo una obra en Broadway.
Emma Stone, Edward Norton, Naomi Watts, Zach Galifianakis y Andrea Riseborough completan el elenco.
México en el corazón
«Detrás de esta película hay verdaderos héroes, pero la idea era realmente loca. Un guión sobre un hombre de mediana edad, cruzado de piernas, no podía ir a ningún lado y aquí estamos», afirmó el director, visiblemente emocionado.
Su gran momento estuvo a punto de ser empañado por la «broma» que le gastó su amigo Sean Penn al anunciar que «Birdman» era la Mejor película del año.
«¿Quién le dio a este hijo de puta su permiso de residencia?» (conocido en Estados Unidos como «greencard»), preguntó el actor.
Pero Iñárritu descartó la polémica por un comentario «muy divertido» y aportó su granito de arena al sugerir que el año que viene «el gobierno (estadounidense) tendría que imponer algunas normas migratorias a la Academia».
«Dos mexicanos seguidos es sospechoso, creo», precisó en referencia a la victoria de Alfonso Cuarón el año pasado con «Gravedad».
En su dedicatoria pidió que México construya pronto «un gobierno que sirva» y rogó por que los inmigrantes en Estados Unidos sean tratados con «dignidad y respeto».
México estalló de alegría con su victoria y la de Emmanuel Lubezki, que triunfó por segundo año como director de fotografía.
El presidente Enrique Peña Nieto, el alcalde de Ciudad de México y el actor Gael García Bernal encabezaron las felicitaciones en Twitter, convertida en una fiesta digital.
Premios previsibles
La sobria gala, que duró más de tres horas, deparó pocas sorpresas y estuvo amenizada por Lady Gaga y John Legend a dúo con Common, que arrancaron las lágrimas del público entonando «Glory», el tema estrella de «Selma» que valió un Óscar.
Julianne Moore se alzó como esperado con el premio a la Mejor actriz por «Siempre Alice», donde retrata a una mujer con alzheimer precoz, mientras que Eddie Redmayne cautivó siendo el físico británico Stephen Hawking en «Teoría del todo».
Ambos tuvieron en sendos discursos palabras para las personas que sufren pérdida de la memoria y esclerosis lateral amiotrófica (ELA).
«Una de las cosas maravillosas de las películas es que nos hacen sentir que somos vistos y que no estamos solos», afirmó Moore, de 56 años, que por fin recibió una estatuilla tras cuatro nominaciones.
En las categorías de reparto se impusieron con facilidad Patricia Arquette y J.K. Simmons por sus actuaciones en «Boyhood» y «Whiplash» respectivamente.
Arquette, que a 46 años logró el primer Óscar de una dinastía de actores, sacó su vena activista y reclamó «igualdad salarial» para todos, en lo que fue un original y sincero discurso.
Argentina dijo adiós a su sueño de lograr su tercera estatuilla a Mejor film de habla no inglesa con «Relatos salvajes», al ser superada por la polaca «Ida», un drama en blanco y negro ambientado tras la Segunda Guerra Mundial.
El mejor documental fue «Citizenfour», que narra cómo Edward Snowden reveló información confidencial sobre los programas de vigilancia de Estados Unidos.
El presentador de la ceremonia, Neil Patrick Harris, lanzó una broma punzante sobre la ausencia de actores negros entre los nominados. «Esta noche honramos lo más blanco, perdón, lo más brillante, de Hollywood», afirmó.
La alfombra roja tuvo una invitada de última hora, la lluvia, aunque el agua no logró hacer sombra a los deslumbrantes diseños de Rosamund Pike, Naomi Watts, Gyweth Paltrow y Lupita Nyong’o, que llevaba 6.000 perlas en su vestido.
Los internautas consideraron en cambio que Lady Gaga se había puesto los «guantes de fregar» para acompañar su vestido blanco.