Nuevamente el hampa vuelve a hacer de la suyas. Durante los cuatro días de descanso en la Unidad Educativa Tomás Rafael Jiménez, a propósito del carnaval, los delincuentes aprovecharon para introducirse a la institución y cargar con dos lámparas grandes y siete ventiladores que se encontraban en dos salones de preescolar y uno de básica, específicamente, en quinto grado.
La profesora Janneth Cordero, directora de la escuela estadal, informó que a primera hora del día, cuando arribaron al lugar los bedeles de la institución, la llamaron para comentarle lo ocurrido. “Es la primera vez que pasa en el año. La última fue en octubre de 2014. Desde el viernes en la tarde estaban unos motorizados rondando la escuela, presumimos que pudieron ser ellos”.
Confirmó que durante los días de carnaval, el vigilante que está asignado a la Unidad Educativa por parte de Fundaescolar, no fue a cumplir con sus labores. Tras conocer la noticia, denunció ante el Centro de Coordinación Policial (CCP) de Fundalara y luego a los supervisores de Fundaescolar para notificar.
“No tenemos dinero para poner las láminas de acerolic que rompieron en las tres aulas. La supervisora nos sugirió que hiciéramos una verbena”. Dice que han enviado misivas a Infralara para resolver la situación pero hasta ahora no han tenido respuesta satisfactoria, pues tienen muchas carencias, entre otras, una puerta vieja y rota de la cerca, por donde sospecha, se metieron los delincuentes.
La escuela, que cuenta con una matrícula de 366 alumnos desde preescolar hasta sexto grado, no tiene filtros de agua potable, tampoco buenos techos, por lo cual temen suspender clases cuando llegue la temporada de invierno.