Norkys Villegas, hermana de Carlos Enrique Villegas Torrealba y madre de Carlos Alberto Rodríguez Villegas, está triste. Aún no puede creer lo ocurrido y, a su juicio, no hubo enfrentamiento con los funcionarios de la Policía Municipal de Sanare.
“Ellos les sembraron las armas y los pasamontañas”, aseguró.
El Eje de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) de Lara aún sigue investigando lo ocurrido el lunes, cuando asesinaron a Rodríguez Torres, de 18 años, mientras iba con un amigo, de 16 años, a rescatar la moto que le habían robado.
Según los familiares de la víctima al conocer la noticia enviaron a Villegas Torrealba, tío del fallecido, a resguardar el cadáver del hombre. Iba con Rafael Alvarado, de 27 años, pero en el camino fueron ultimados en un presunto intercambio de disparos con los municipales de Andrés Eloy Blanco, en el caserío El Llorón.
“Mi hermano se fue hasta el lugar de los hechos porque yo lo llamé pero la policía llegó disparando y lo mató junto al amigo. Nosotros llegamos al rato y no nos dejaron pasar, después escuchamos como 14 disparos y ahí es donde presumo los liquidaron”, comentó Villegas.
Por su parte, Onésimo de Jesús Villegas, hermano de una de las víctimas, explicó que al enterarse iba hasta el sitio del suceso junto a su padre y otras 17 personas. “Estaban dos policías encapuchados, los otros nos empujaron y no nos dejaron llegar (…) eran aproximadamente las 9:00 p.m del domingo y nos quedamos arriba en la montaña”.
Según ellos, la comunidad está dispuesta a declarar ante las autoridades, pues aseguran que se trataba de personas buenas, sin ningún tipo de registro policial.
Carlos Alberto era soltero, no dejó hijos. “Estudió hasta primer año de bachillerato y luego se puso a trabajar las tierras, tenía una moto pero yo le regalé un carro viejo y lo estaba reparando, porque él sabía de mecánica y así colaboraba con todos”, manifestó la madre.
Custodio Ramón Alvarado, hermano de Rafael Alvarado, también dio su versión de los hechos: “Cuando ellos llegaron, los funcionarios de la Policía Municipal de Sanare apagaron la luz de las patrullas 02 y 03, se los llevaron vivos y luego les dieron tiros de gracia”.
A Alvarado lo conocían como El Guitarrita, pues tocaba el instrumento en velorios y cualquier sarao del pueblo. “Cuando lo recogieron, lo llevaron a la prefectura, aún estaba vivo y ahí fue donde murió porque no lo trasladaron al hospital”.
Expresaron que no fue sino hasta las 7:00 a.m. del lunes cuando se enteraron que habían dos muertos más y, para sorpresa, era el tío de Carlos Alberto. “¿Cómo va a creer que quería matar a su propia sangre? (…) Aún no han aparecido tres mil bolívares que cargaba en efectivo mi hermano”.