“En la empresa Sistema Hidráulico Yacambú Quíbor ha habido un festín con los recursos que le han sido asignados para la culminación de la obra, igual como el Gobierno Nacional ha administrado exorbitantes cantidades de dinero que han sido invertidos mal, dilapidados, regalados y robados”.
De esa forma se expresó el diputado a la Asamblea Nacional, Guillermo Palacios, al referirse a las presuntas irregularidades ocurridas en tan esperada obra hidráulica.
“Creo que llegó la hora de exigir rendición de cuentas sobre lo que funcionarios oficiales expresan en el sentido de que, “ha sido en el período 2000-2014 cuando se han hecho los aportes más cuantiosos a esta obra”.
Agregó que se tendría que evaluar dónde se encuentran representados mil millones de dólares que se registran en estos períodos, incluyendo lo asignado por el Fondo Chino y lo contratado con la CAF, y recordar que fue el propio presidente de la empresa quien señaló en el Consejo legislativo que la obra estaría concluida para el 2012.
Palacios refiere que más de la mitad de esos recursos fueron contratados con las empresas Consorcio Yacambú 2008 y Enmohca para que ejecutaran las obras complementarias de la represa y el reforzamiento y revestimiento del túnel, incluida la vialidad.
Con respecto a la primera, el parlamentario explicó que se le adelantaron recursos por el orden del 62% del total del contrato, en el 2008, comprometiéndose a terminar la obra en el 2010, pero sólo ejecutó un 29%, por lo que se le rescindió.
Palacios enfatiza que las consecuencias fue la pérdida de recursos en bolívares y dólares, “porque lo correspondiente a estos últimos fue a parar a paraísos fiscales y entidades financieras norteamericanas, como Wells Fargo, JP Morgan y de Suiza, como el Crédit Agrícole Suyisse S.A.”.
Además, agrega, a pesar del tiempo transcurrido, no se ha logrado recuperar nada porque las empresas contratadas posteriormente han sido de maletín, sin solvencia técnica y financiera alguna.
Palacios también se refiere concretamente a Enmohca, señalando que sus administradores deben explicar la adquisición, por 17 millones de dólares, de un producto denominado Geomembrana, en una operación triangular de lavado de dinero en Miami, para el revestimiento del túnel.
Igualmente, puntualiza, la compra de una flota de camiones para usarlos como transporte, que no sirvieron por no ser de doble transmisión.
A eso hay que agregar la compra de 7 máquinas Mixer para el reforzamiento del túnel, que tampoco pudieron ser utilizadas porque su dimensión es mayor al diámetro del túnel, y se encuentran abandonadas.
“Todo eso hay que investigarlo, pedir cuentas claras por ese dinero”, enfatizó Palacios.
