Detallar las condiciones en las cuales se encuentra el campo deportivo del sector El Asfalto en la parroquia Cabudare, da la impresión de estar situado en un país sumido en la pobreza extrema.
Al parecer, los dividendos por concepto del petróleo no llegan al municipio Palavecino, ni gobierno alguno vuelca su mirada para este espacio que aleja de los malos hábitos a la juventud.
Habitantes de Los Pinos y El Asfalto inquieren: ¿Cómo se forma un buen pelotero en la terrible situación que exhibe este estadio?
Pese a este agreste escenario, en El Asfalto entrenan un poco menos de 200 deportistas en dos escuelas de béisbol.
Jefferson Medina, entrenador de la Fundación Academia de Béisbol Profesional JM, escuela que tiene 11 años funcionando en el estadio.
Sin embargo, el 24 de octubre de 1988, se fundó en ese sitio la Escuela de Béisbol Menor Los Pinos, quienes ininterrumpidamente hacen vida en horas de la tarde.
“Nos empeñamos en captar talentos que luego se enfilan en equipos de primera división”, añadió al señalar la rutina de entrenamiento comprendido entre las siete de la mañana a doce del mediodía.
Sepultado en el olvido
Medina destacó que el estadio ha sido sometido a inclemente olvido, agravándose con el paso de los años “porque ningún ente o gobierno, ha tomado el asunto como prioritario”, acotó.
Dijo que para atacar el problema, es imperante que tanto las comunidades aledañas, como los clubes deportivos, los gobiernos: regional y municipal, coordinen políticas para rescatar el espacio.
Desaparece el mobiliario
Medina denunció que el estadio no cuenta con agua potable, no posee baños; el backstop fue desvalijado, la celda de bateo, fue despojada de la malla y la estructura fue doblada con la intención de hurtar los tubos, el techo de la gradería ha ido desapareciendo paulatinamente, la cerca perimetral, o lo que queda de ésta, se encuentra literalmente en el suelo, la red eléctrica fue robada dejando al estadio sin posibilidad de iluminación, amén que los reflectores fueron apedreados por antisociales de la zona que necesitan espacios oscuros para cometer sus fechorías y el monte que sustituye a lo que debería ser grama, es mantenido por equinos y ovinos que pastan en el lugar.
Recalca que entre ambas escuelas han intentado mantener el estadio pero los costos son excesivos y al no disponer de colaboración gubernamental, el deterioro se acentúa.
El entrenador refiere con ánimo alentador, que el estadio está estratégicamente bien ubicado y sus dimensiones son perfectas, además de haber dado buenos prospectos para Cardenales de Lara y otros organizaciones de grandes Ligas.
