La falta de alimentos de la cesta básica y artículos de primera necesidad, se ha convertido en un dolor de cabeza para los venezolanos. Para obtenerlos las personas deben hacer grandes colas, en la que pueden pasar hasta más de tres horas y correr con el riesgo de salir con las manos vacías.
La escasez se ha ido extendiendo a lo largo del país, causando así que las colas también lo hagan.
Los analistas políticos coinciden al decir que las colas en el país comenzaron cuando el Gobierno tomó las compañías de gas, el producto de bombona pequeña dejó de ser repartido en las viviendas, e hizo que la gente saliera a la calle a buscarlo. Desde al año 2007, grandes colas se comenzaron a formar en las afueras de las diversas compañías de gas, se indicaba que era mientras se regularizaba la distribución por las nuevas administraciones entrantes, posteriormente se tomó la opción de despacharlas a quienes se encargaban de la venta de las mismas y aunque el problema se solventó por un momento, hoy en día se sigue haciendo cola para obtener el gas, porque no es suficiente la distribución. Carmen Velásquez, de 75 años de edad, residente de la parroquia Unión, tiene que buscar ayuda para que le lleven la bombona afuera de la compañía para comprar el gas.
La cadena de alimentos de Mercal apenas entrar en funcionamiento, también “inauguró su propia cola”, debido a una realidad: se puede (o podía) conseguir productos de la cesta básica a menos del precio regulado y el mercado que cuesta en otros establecimiento privados entre dos mil y tres mil bolívares, podría costar hasta 600 bolívares, por ello la gente prefiere madrugar y esperar para ahorrar un dinero.
Ahora el Estado tiene grandes cadenas alimenticias bajo su control pero aún así no se consigue todo lo que se busca, a pesar de los controles que se usan para adquirir sus productos, destacan usuarios de las redes de Mercal, Bicentenario y Pdval.
En un sistema de producción y abastecimiento de una sociedad que funcione adecuadamente, las colas no tienen razón de ser, porque la población tiene variedad para escoger, indica Nelson Fréitez, sociólogo y profesor de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA)
Fréitez asegura que el tema del desabastecimiento no es nuevo, pues desde hace cuatro años está creciendo, indicándonos que existe más demanda que oferta, eso quiere decir que hay necesidades insatisfechas y buscan por las distintas vías adquirir el producto normal.
El especialista manifiesta que no es que el venezolano se está acostumbrando a hacer colas, simplemente el panorama no es nada alentador y las personas tienen temor de no conseguir nada a futuro. Se están convirtiendo en compradores compulsivos, adquiriendo hasta lo que es innecesario en el momento. Como consecuencia hacen que se lleven a todo el grupo familiar a formar colas para obtener el producto de forma inmediata así no lo necesiten en el momento, pero se almacena.
“Se está convirtiendo en una patología en la sociedad que la demanda rebasa ampliamente la oferta, perturbando el presupuesto de la persona, trayendo consecuencias graves”, señala Fréitez.
No existe ni ideología, ni raza, ni sexo, todos forman fila por un producto
Todo tipo de personas y situaciones se consiguen en las colas. Están desde los que acuden porque necesitan los productos, el que lo hace para obtener una ganancia o la persona que compra para tener guardado porque no sabe cuándo aparecerá de nuevo.
De igual forma son jóvenes, adultos y hasta personas de la tercera edad los que allí se encuentran. No distinguen ni ideología política, ni raza o sexo, todos en algún momento han tenido que formase en fila para comprar lo que requieren.
En las colas de los pañales se ve a la madre que se lleva al niño para que le den prioridad o aquella que simplemente no tiene con quién dejarlo en casa.
Álvaro Entralgo, presidente de la Cámara de Comercio, indica que con está crisis el ausentismo laboral se ha incrementado, debido que muchos de los trabajadores dejan de acudir a sus puestos de trabajo por estar en las afuera de una tienda haciendo cola, bien sea para comprar un producto para su consumo o para revenderlo. Cree que las autoridades deben prestar atención a las personas que hacen la cola.
El diputado Luis Jonás Reyes (PSUV) asegura que el 70 % de las personas que están en la cola son revendedores.