En Hollywood, la obsesión por la eterna juventud y los avances en la medicina han hecho que un número cada vez más grande de actrices, actores, cantantes y personalidades en general pasen por el quirófano o la aguja. Todo, con el fin de rejuvenecerse y hacerse más hermosas y hermosos. Años más tarde, conocemos la triste historia de rostros y cuerpos destrozados, acabados y envejecidos. Nikki Cox, protagonista de la película “Infelices para siempre”, después de salir del quirófano ella tampoco quedó muy feliz que se diga. Meg Ryan, es recordada por sus adorables actuaciones en When Harry Met Sally (1989), Sleepless in Seattle (1993), French Kiss (1995) y You’ve Got Mail (1998); pero ahora su apariencia no tiene nada de “adorable”. La diseñadora Donatella Versace le tiene terror a la vejez, lo que la hizo refugiarse en la cirugía. Sin embargo, Donatella es hoy más bien una caricatura envejecida. Son varios casos de tantos, que en su afán de hermosearse para siempre, viven una pesadilla el resto de sus días. Y algunos, hasta han estado al borde del suicidio.
Cuan equivocadas están las personas. “El corazón alegre hermosea el rostro; Mas por el dolor del corazón el espíritu se abate”. Prov.15:13 Como ha errado el ser humano, el camino de la verdadera hermosura. Que difícil ha sido para Dios poder hacer entender al hombre que la verdad verdadera se encuentra en su Palabra. Salomón lo presenta claramente en el texto de hoy. La alegría es lo que realmente hermosea el rostro. Un corazón alegre es un corazón agradecido y un corazón agradecido es un corazón confiado. La confianza genera entonces optimismo, por cuanto concluimos que no estamos solos en el mundo. Las circunstancias pueden ser las más adversas, las más absurdas y complicadas desde la perspectiva humana. El dolor, la tristeza y los pesares pueden asaltar nuestra mente, pero aún así seguimos confiando en nuestro Dios y agradecidos, por cuanto sabemos que la vida está en las manos de EL.
Por el contrario, si la amargura, el resentimiento, la rabia, el odio y la envidia, la dejas que circule lentamente por tus venas como veneno letal que poco a poco llena tu vida y permites que colmen tu corazón, las consecuencias serán visibles y se reflejarán en tu rostro. El lenguaje corporal mismo, será la evidencia de un espíritu abatido. “El rostro brilla de gozo cuando el corazón está lleno de luz y paz. Pero el espíritu se quebranta si hay continuo pesar en el corazón. Las dificultades mentales se reflejan en el estado físico del cuerpo. El pesimista se preocupa tanto por el pasado, que ya no puede modificar, y por el futuro, que aún no puede saber, que no emplea sabiamente el presente, lo único que tiene. El individuo contento y satisfecho encuentra que lo poco, recibido con agradecimiento, es un banquete. Olvida las dificultades pasadas y anticipa con gozo y confianza el futuro, bajo el cuidado amante del Padre celestial”. Diccionario Bíblico Adventista. Amigo, amiga, decide hoy hacer el esfuerzo en estar contento siempre, no es fácil, pero todos verán la hermosura de tu rostro. Nuestro amante Padre Celestial te va a ayudar. ¡Seguro! ¡Hasta el próximo martes Dios mediante.
