Casi es imposible transitar sin caer en uno de los más de 20 huecos que inundan la carretera que conduce desde el centro cívico de la parroquia José Gregorio Bastidas, hasta los caseríos de la zona rural de Palavecino.
Luego de la intersección de la avenida El Placer con La Montañita, los cráteres se hacen sucesivos y se van agrandando a tal magnitud, que hay uno que ocupa casi toda la calzada.
Otros debido al tiempo y al continuo paso vehicular, han ido creciendo hasta encontrarse, lo que coloca en grave riesgo a los conductores que intentan esquivarlos con peligrosas maniobras.
Pero esta dramática realidad se puede apreciar en los caseríos El Tamarindo, El Mayal, La Aguada, El Palaciero, El Taque y Chorobobo, entre otros, en donde las reparaciones de Hidrolara y el desgaste natural de la carpeta asfáltica, han hecho mella profunda, convirtiendo a estos lugares en sitios impenetrables.
Botes de aguas negras
Las aguas residenciales que son descargadas a esta transitada vía, provenientes de urbanismos apostados a la vera, han terminado por destrozar el asfalto.
Amén de las continuas filtraciones de aguas blancas que se desparraman a lo ancho del corredor que conduce a la olvidada por el gobierno y muy visitada Ruta Gastronómica de Palavecino.
La maleza crece considerablemente por la descarga de aguas, tanto servidas como potable, lo que produce excesivo follaje de hasta dos metros de altura.
Entre huecos e inseguridad
Transportistas de las rutas que cubren la zona rural de Palavecino, se quejan constantemente del deterioro progresivo de las vías que surcan los caseríos.
Señalan que el Gobierno nacional, ni el regional o local, se han ocupado del grave asunto, por lo menos desde hace cinco años para acá.
“Es imposible trabajar para la zona rural luego de las seis de la tarde por varias razones: o se te explota un caucho al caer en un hueco de los cientos que hay, producto de la profunda oscuridad o te esperan los motochoros entre el monte”, denunció Yonny Castillo, conductor de rapidito.
Las busetas también trabajan hasta la hora señalada y quienes no aborden el último transporte, deben optar por caminar, porque los carros libres no hacen servicio para la zona por los argumentos antes señalados.
Robo de motos
En la zona rural ocurre en promedio tres robos de moto a mano armada por semana, delincuentes que se ocultan entre las comunidades de Coco e`Mono (Palavecino) y Agua Negra (Yaracuy).