Acostumbro a decir que el petróleo en nuestro país lo ha sido todo en estos últimos 100 años. No hay nada que no esté determinado, en última instancia, por el petróleo. Muchos, equivocadamente, pero entendible por la naturaleza rentística de nuestra economía, relacionan a este energético solo con ingresos. Pero en realidad desde lo económico, pasando por toda la estructura política, social y cultural de Venezuela está signado por el petróleo. El petróleo ha permeado todos los sectores, lo material y espiritual del venezolano. La sociedad venezolana, no solo su aparato económico, su sistema político, sus clases sociales y hasta en los niveles culturales e ideológicos ha estado determinada por el manejo y distribución de la renta petrolera, por el lugar que cada uno de estos sectores logra ocupar en la lucha por obtener parte de los ingresos petroleros administrados por el estado: Rentismo y Populismo han sido las principales características de nuestro modelo económico y político.
El petróleo no se produce se extrae, está allí en el subsuelo desde hace millones de años, nuestros indígenas lo usaron en las impermeabilización de sus embarcaciones, luego los colonizadores lo llevaron a Europa, entre otras cosas para curar la “gota” de los monarcas holgazanes. Pero fue a mediados del siglo XIX cuando este energético brota del suelo norteamericano para empezar a competir con el hasta entonces rey de los energéticos: el carbón. En 1875, Manuel Antonio Pulido, junto a otros ricos comerciantes, obtiene una concesión en el Táchira y buscan asesoría en la naciente industria norteamericana, así surge la primera empresa petrolera venezolana: Petrolia del Táchira.
Venezuela se hace petrolera no por una decisión nacional sino que ha sido, es y será petrolera para satisfacer el mercado mundial, cuyo peso fundamental recae en la demanda creciente de los potencias del mundo. El petróleo por ser más volátil y líquido tiene muchas más ventajas que el carbón, por eso ya en los años cuarenta pasa a liderizar el puesto de la más importante materia prima del mundo, la que mueve a toda la economía mundial.
Pero sería en el contexto de la I Guerra Mundial y de la revolución del motor de combustión interna (automóviles, aviones, industrias) cuando el petróleo tomaría su auge a nivel internacional, pero a diferencia del carbón, cuyos principales yacimientos están en los países del norte, el petróleo cuenta con sus más importantes reservorios en el sur. Así se profundiza desde finales del siglo XIX el repartimiento de lo que conocemos como Medio Oriente y el norte de África, y las “siete hermanas”, nombre de las grandes compañías que como la inglesa Shell y la Estándar Oíl norteamericana, se repartirían el mundo petrolero durante este siglo, y a pesar de los procesos nacionalista desde los años 60, aún tiene alto peso en el mercado mundial.
Si bien, el imperio norteamericano había formado parte accionaria en las algunas de las compañía petroleras formadas a finales del siglo XIX, ésta fueron exiguas y de poca importancia y es a partir de la llegada de Gómez al poder, en 1908, cuando comienza el auge y el dominio total del imperio norteamericano sobre el territorio venezolano. Después de un periodo de evidente nacionalismo durante el gobierno de Cipriano Castro (1899-1908) quien se enfrentó al dominio y a la expansión de los intereses extranjeros sobre el territorio patrio.Continuará…