Despertares
-“Profesor tengo como un gusanito en la cabeza… que me muerde y remuerde”. Era un niño y le expliqué que todos tenemos la conciencia, que es como un termómetro con el que cada uno siente a su manera si se ha portado bien o se ha portado mal.
Ocurre algo parecido como cuando algo funciona mal en el cuerpo. Nos duele. Es como un aviso para que prestemos atención a aquella circunstancia ocurrida, pensada o dicha, dentro o fuera de nosotros. Le puse un ejemplo muy reciente que me había ocurrido.
Me sentía mal del estómago por no haber digerido bien algún alimento. El médico estaba de visita, casualmente por mi casa. Como no tenía su estetoscopio a mano, acercó la oreja al estómago y escuchó el ruido que producían mis intestinos. –Efectivamente, eso es una bacteria que tomaste por la calle y te produjo el desarreglo, -me dijo.
Cuando no escuchamos los avisos de la conciencia, nos podemos volver cada vez más sordos a sus llamadas de atención. Al principio decimos “No pasa nada… no es tan fuerte… y vamos posponiendo la consulta médica o sacerdotal. Cuando nos damos cuenta, aquello ha tomado un tamaño descomunal.
Hace un tiempo pasaron por televisión una cuña comercial durante la cual se cae un señor, se lleva por delante un pipote de la basura donde entró de cabeza, siguió cuesta abajo, arrastró a unos obreros que trabajaban con asfalto, se fueron adhiriendo frutas que vendían, todo lo que se encontraban por el camino se pegaba a la pelota cada vez más inmensa, cayeron en un parque donde se celebraba una boda, se pegaron los novios, la torta, la camioneta, los invitados.
Cuando no vamos con frecuencia al médico o al confesor, nos pasa algo así. Nos vamos armando volúmenes de cachivaches con todos los errores que vamos cometiendo, que van engrosando la pelota con el paso del tiempo. Dificultan nuestra vida, aumenten nuestras molestias, nos ponen de mal humor, insoportables, por no haber ido a la raíz de todo. La soberbia nos hace creer que somos buenísimos y estamos llenos de cachivaches, que con una buena consulta a quien corresponda, quedaríamos curados y contentos.
[email protected]
@oswaldopulgar