Caribes de Anzoátegui afronta su segunda participación en la Serie del Caribe con una nómina blindada que desde el inicio se presenta como una de las mejores del torneo.
El grueso de la artillería se mantuvo con la organización, a diferencia de las series anteriores, donde buena parte de los jugadores que quedan campeones deciden no asistir, ya sea por restricciones de sus equipos en el exterior o para descansar antes de los entrenamientos primaverales.
Magglio Ordóñez, copropietario de la organización, adelantó que la novena anzoateguiense va por el título en el clásico caribeño.
Para conseguirlo, el mánager Omar López, y el gerente general, Samuel Moscatel, lograron mantener al núcleo de jugadores que marcó el paso en la ronda regular con registro de 39-24, posteriormente galopó en el round robin (11-5) y superó en la final a Navegantes del Magallanes en cinco juegos.
“Para nosotros era muy importante que los peloteros que nos llevaron al campeonato se mantuvieran con el equipo para ir a la Serie del Caribe, porque eso nos da continuidad y estabilidad”, dijo Moscatel.
“Además, cada quien sabe lo que tiene que hacer y de qué manera ayudar al equipo”, prosiguió el directivo.
Desde hace varias temporadas los gerentes se ven obligados a hacer malabares para estructurar los equipos que van a la Serie del Caribe. En esta oportunidad, Moscatel y el resto de la gerencia solo necesitaron buscar a cuatro refuerzos.
“El que podamos contar con nuestra ofensiva intacta es una ventaja, porque todos están en forma y todos vienen de una tremenda temporada”, dijo el estratega López.
La baja más significativa para Caribes en la del zurdo José Álvarez, quien fue el serpentinero más dominante del equipo durante toda la campaña.
