Ventana abierta – Justicia divina

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Para recordar: “Y tú que condenas a los que practican tales cosas, y haces lo mismo, ¿piensas que escaparás del juicio de Dios?” (Romanos 2:3).

Con este artículo no queremos excluirnos de los conceptos emitidos en el mismo; más bien, sentimos la necesidad de compartir.
En la triste guerra civil (alrededor del año 1860) en los Estados Unidos, el presidente Lincoln asistía a un Consejo de generales. Se levantó uno de ellos y dijo: “Señor presidente, mi gran preocupación es que Dios esté a nuestro lado”. Lincoln respondió a esto: “A mí eso no me preocupa. Mi gran temor es que nosotros estemos del lado de Dios. Hay un mundo de diferencia entre lo uno y lo otro. En nuestro lado puede estar la sinrazón y la injusticia. Del lado de Dios siempre está la justicia y la razón” (Limardo, M. (1969), “Ventanas abiertas”, p. 218).
Hace poco, justo el 23 de Enero, del año en curso, escuchamos unos minutos una preocupante alocución del primer mandatario de Venezuela, Nicolás Maduro, quien, palabras más o palabras menos, dijo: “¡Vamos a encerrar a los culpables del golpe económico… ¡A los culpables de no producir alimentos…!”, entre otras. Pero, gracias a Dios, la Biblia es como un espejo y, observemos parte de lo que nos dice el apóstol Pablo, en ese capítulo dos de Romanos:

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“Por eso, oh hombre, quienquiera que seas, eres inexcusable cuando juzgas. Porque en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas practicas lo mismo. Pero sabemos que el juicio de Dios contra los que hacen tales cosas, se basa en la verdad. Y tú que condenas a los que practican tales cosas, y haces lo mismo, ¿piensas que escaparás del juicio de Dios?
…Pero por tu dureza y tu corazón impenitente, acumulas sobre ti mismo ira para el día de la ira, cuando Dios manifieste su justo juicio. Dios pagará a cada uno según sus obras: Vida eterna a los que perseveran en bien hacer, y buscan gloria, honra e inmortalidad; pero ira y enojo a los que son contenciosos, y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia.
Porque no los oidores de la Ley son justos ante Dios, sino los cumplidores de la Ley serán justificados… confías en que eres guía de los ciegos, luz de los que están en tinieblas,
instructor de los que no saben, maestro de niños, que tienes en la Ley la forma del conocimiento y de la verdad.
Tú, pues, que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? Predicas que no se ha de hurtar, ¿y hurtas? Tú dices: “No cometerás adulterio”, ¿y cometes adulterio? Abominas a los ídolos, ¿y robas sus templos?” (Romanos 2:1-29).
Después de leer estas palabras, reseñadas en la Sagrada Escritura, en el libro de Romanos, pudiéramos decir: “Sin comentarios”. Pero, seguramente usted ya sacó sus propias conclusiones y definitivamente: Estos versos hablan por sí solos.
Opinamos que la crisis mundial; la crisis de Venezuela, no radica tanto en la carestía material o de alimentos; eso nos hace falta. Pero, la mayor crisis que existe en el mundo, es la carestía espiritual y bien lo dice la Biblia (todos los escritores y el mismo apóstol Pablo), que Dios lo que quiere es Salvarnos, y Lincoln lo expresó así: “Mi gran temor es que nosotros ‘no’ estemos del lado de Dios… ‘porque’ del lado de Dios siempre está la justicia y la razón”
La justicia divina podrá tardar, pero… Cristo pronto volverá y “pagará a cada uno según sus obras”.

www.ventanabiertalmundo.com

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