Cuando se habla de glam rock vienen a la memoria inolvidables bandas ochentosas como Whitesnake, Scorpions, Poison o inclusive el mismo Bon Jovi. Y junto con esos recuerdos siempre se adjunta el deseo del regreso de estos grupos al escenario de la música actual, creyendo que todo tiempo pasado fue mejor. «Ya no se hace música como antes», es una de las afirmaciones más escuchadas por los amantes de este estilo que parecen haber quedado atrapados en las décadas de los ´80 y los ´90, añorando los riffs de Def Leppard, Van Halen, ZZ Top o Firehouse.
En un tiempo de fórmulas refritas, en donde todo parece ya inventado, desde el año 2010, surge una propuesta interesante para los seguidores del buen rock que aún buscan imágenes de aquella época: Julian’s Fire, un grupo de hard rock con toques de glam que suenan muy bien en su disco debut y que deslumbran con su performance en vivo. Y lo más destacado, no vienen de Londres, New York o Detroit, sino de mas cerca: Colombia. Sí, el país del vallenato y la champeta, pero que también sabe exportar rock.
Para hacer un poco de historia, Julián Sánchez (vocalista, arreglista y compositor de todas las canciones de Julian’s Fire) apostó hace cinco años a un producto diferente, sin llegar a ser una banda tributo. Desde la producción independiente editó en su país el primer álbum homónimo con 10 canciones potentes, poderosas y otras románticas. Pretendía presentar al público un disco de calidad, por eso fue grabado íntegramente en los estudios de Master Chris, en Puerto Rico. Sus constantes viajes a la «isla del encanto» iban dándole forma a un trabajo discográfico que fue además producido en dos idiomas: español e inglés. El disco doble tiene una edición de luxe: viene en una lata redonda, como de colección. Sorprende gratamente con sólo tenerla en las manos.
Nada podía quedar librado al azar, por eso las letras de Julian’s Fire también juegan un rol especial, la idea era dejar una huella, porque la música rock también sirve para eso. El primer single difusión para la radio colombiana fue el hit Sigo, que trepó puestos de popularidad en su país. Luego llegaría la entrañable power ballad Quererte que le abrió a Julián las puertas de Argentina, Chile, México y Ecuador. Otras canciones como Se acabará, Libertad, Aquí estamos o Contigo marcan profundos y sentidos mensajes que revelan diversas observaciones del mundo de hoy por parte de su autor.
Julian’s Fire no se «disfraza» de metalero o rockero glam, la imagen de la banda es un estilo de vida, una filosofía que va desde el primer track del disco hasta el último minuto de su show en vivo. No pretenden parecerse a White Lion o Skid Row, sino demostrar que se puede aggiornar la mística de los 80 con el sonido y tecnología actuales. Y también están abiertos a la evolución y a los cambios que su público les sugiera.
Han sido la primer banda colombiana en presentarse en el Hell & Heaven Metal Fest en México. Compartieron escenario y obtuvieron la bendición de Adrián Barilari, la voz del famoso grupo de metal argentino Rata Blanca. Realizaron una intensa gira de medios por Argentina y Chile obteniendo excelentes críticas de la prensa y ya empiezan a sonar en las radios de USA y España, países que visitarán en este año. Venezuela no queda exento del itinerario deseado por la agrupación; Julián sostiene que admira al rock nacional, especialmente el de Paul Gillman, artista que anhela conocer personalmente algún día. Mientras se planea una visita por diferentes estados venezolanos pueden conocer más del grupo en su sitio web y desde allí conectar con sus redes sociales en www.juliansfire.com
Definitivamente el buen rock no ha muerto, mientras exista un público fervoroso que abrace esta causa que no tiene fecha de defunción, mientras más seguidores del género apoyen a sus músicos, habrán bandas que se esmeran día a día en darles lo mejor a sus fans, como Julian’s Fire, supervivientes del rock.
