Una delegación del Congreso de Estados Unidos se reunirá el lunes con funcionarios cubanos entre quienes podría estar el presidente Raúl Castro, reuniones que podrían ser los contactos de más alto nivel entre las dos naciones desde la declaración de distensión del mes pasado.
La delegación de Estados Unidos está encabezada por el senador Patrick Leahy, que tuvo una participación crucial en la liberación del contratista estadounidense Alan Gross como parte de un intercambio de prisioneros que allanó el camino hacia la búsqueda de relaciones diplomáticas plenas. Leahy se ha reunido con Castro en viajes previos a Cuba y se espera que lo haga nuevamente el lunes, dos días antes de que la secretaria de Estado adjunta, Roberta Jacobson, llegue a La Habana para negociar la reapertura de la embajada de Estados Unidos.
Leahy y otros cinco senadores y representantes demócratas están tratando de facilitar el establecimiento de relaciones plenas transmitiendo a los funcionarios cubanos que sus acciones en los próximos meses influirán en la disposición del Congreso a las reformas del presidente Barack Obama. Al mismo tiempo, están tratando de percibir el gran misterio que hay más allá del nuevo escenario en las relaciones cubano-estadounidenses: ¿Cómo responderá el gobierno de Castro a la presión de Estados Unidos para que amplíe sus relaciones diplomáticas y vínculos comerciales?
Cuba ha ofrecido hasta ahora una acogida cautelosamente positiva al alivio de Obama sobre el embargo comercial a Cuba, diciendo que recibe con beneplácito el paquete completo de nuevos vínculos económicos ofrecido, desde venta de equipos de telecomunicaciones a exportaciones al sector privado, pero que mantendrá su sistema político de un solo partido y de economía planificada centralmente. Cuba ha sacado de la cárcel a 53 prisioneros de una lista de disidentes que Estados Unidos quería que liberara, pero no ha dicho nada sobre si permitirá que productos estadounidenses fluyan a la isla con los impuestos y regulaciones que impiden que muchos productos extranjeros lleguen al cubano común.
«Estamos viendo un cambio asombroso en las relaciones entre nuestras naciones y queremos hablar con algunos de los cubanos para ver qué piensan al respecto, para ver qué va a ocurrir a continuación», dijo Leahy tras llegar a Cuba. «Obviamente nosotros esperamos tener mucha más libertad de expresión entre los cubanos, pero también la capacidad para que nuestros dos países hablen entre sí, algo muy necesario».
Con las relaciones diplomáticas sumamente restringidas, algunos de los contactos cubano-estadounidenses más significativos en los últimos años han sido realizados por delegaciones del Congreso de Estados Unidos. Aunque las acciones de Obama caen bajo la autoridad ejecutiva y no requieren la autorización del Congreso, legisladores podrían impedir medidas cruciales, incluido el retiro de Cuba de la lista de Estados promotores de terrorismo.
El sábado, la delegación se reunió con funcionarios del Ministerio de Cultura de Cuba para hablar sobre la posible participación de la isla en el Festival Folklórico del Smithsonian Institution, una celebración de arte y cultura tradicional que se celebra en verano en la Explanada Nacional en Washington. Los senadores se reunieron el domingo con más de una decena de disidentes, incluidos críticos de las negociaciones secretas de 18 meses de duración que condujeron al anuncio del mes pasado.
«La reunión fue amable, nos escucharon las distintas posiciones. Pero los senadores y sobre todo el principal es muy favorable a las medidas de Obama y buscan que se les diga que se está de acuerdo con eso», dijo Antonio Rodiles, quien criticó al gobierno de Obama por no lograr conseguir garantías suficientes de reforma por parte de Castro. «Mencioné que el proceso ha transcurrido con falta de transparencia y que faltó un balance en las opiniones».
Elizardo Sánchez, director de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, una organización cubana no gubernamental que rastrea detenciones políticas, dijo que participantes a la reunión entregaron una lista de 24 personas que están presas desde hace mucho tiempo y que quieren que se incorpore a la lista de 53 del gobierno de Obama.
El lunes, junto con la posible reunión con Castro, la delegación tendrá encuentros con funcionarios cubanos de menor rango en los rubros de agricultura, medio ambiente y telecomunicaciones.
