Con el carisma de la alegría y honrados de servir a su madre, María, jóvenes larenses y de otras regiones del país dieron muestra de ser fieles a la Palabra de Dios, de corazón fuerte y espíritu incansable.
Se unieron en su amor por la Divina Pastora y no sólo formaron el 1º Cordón de Fe, inspirado en el Año Jubilar de la Juventud, sino que se aliaron en una sentida cadena de oración que impregnó de la espiritualidad que merece el momento diversos puntos de la procesión.
Desde muy temprano asumieron el compromiso de vida de ser fieles a Dios y llevar su palabra a
donde quiera que fuesen. Entre cantos, rezos y salves, se hicieron “callejeros de la fe” durante la procesión 159º que llevó a la Pastora de Almas hacia la Catedral de Barquisimeto Con una fuerza e
ímpetu inagotables, que los hace dignos anfitriones del Encuentro Nacional de Jóvenes (Enajo), los larenses dieron muestra de que la palabra de Dios está en sus corazones.
Rostros jóvenes tocaron con su fe el espíritu de la feligresía, tomaron la batuta en uno de los encuentros católicos más importantes del país y mostraron que en comunión y con el espíritu gozoso, es posible superar las diferencias y vivir las bendiciones que llueven del cielo, producto del Avemaría.
La oración aviva el espíritu
Este día los jóvenes asumieron con responsabilidad el compromiso histórico que jamás antes habían
tenido, y es que no sólo rodearon en oración a la Divina Pastora hasta el final de su recorrido, sino que
fuera del Cordón de Fe de más de 400 almas, acompañaron en plegarias a la feligresía.
Unos se tomaron entre brazos y unieron su espíritu como hermanos, mientras otros ofrendaron su
trabajo y auxilio a quienes formaron el cordón de oración. Un ejemplo fueron los integrantes de la Pastoral Universitaria de la Universidad Experimental Politécnica Antonio José de Sucre (UNEXPO), quienes se dispusieron en tres puntos de la avenida Lara, para socorrer a los jóvenes de la Pastoral Juvenil que acordonaban a la virgen, hidratándolos y socorriéndolos cuando fuese necesario.
Y es que el propósito fundamental de la labor juvenil en esta procesión, fue acompañar en espiritualidad
y oración a la Madre de Dios, piadosa e intercesora que apreció con ojos de amor, los cánticos
y el trabajo de sus hijos. Porque este día una oración se multiplicó en cientos.
Como la expresada por Camino
Neocatecumenal, cuya plegaria inició con un pequeño grupo de jóvenes de distintas parroquias, y culminó
en decenas de fieles siervos que se rindieron ante el amor de María.
Jóvenes de las parroquias Espíritu Santo, San Francisco de Asís, Santa Teresita, San Antonio de
Padua y Virgen de Altagracia, se unieron al trayecto celebraron los laudes de la iglesia católica, rezaron
el rosario y cantaron los salves, para evangelizar y llevar la Palabra a su entorno.
Gozosos en la fe confiaron que el resto de los peregrinos escucharían el mensaje del Señor, “porque
no existe tarima o maratón que brinde más alegría que Dios en nosotros”, comentó Juan Manuel Gutiérrez, quien junto a otros católicos asumió la misión de evangelizar.
El propósito fue “regresar el sentido evangelizador propio del camino de María, la virgen que nos dijo que hiciéramos lo que manda su hijo, Jesucristo… porque para dar la Palabra de vida sólo se necesita al Señor”.
Para grupos como el Camino Neocatecumenal la oración en grupo llegaría entonces a aquellos que no
le dieron el sentido espiritual a la procesión. A través de ella se encontrarían con Jesucristo, que regala un
mensaje de vida, en medio de la desesperación.
Es la iglesia, en la representación del Papa Francisco, que envía a sus fieles a evangelizar, porque
para gozar de vida eterna se debe seguir al Padre y al Hijo… y fue Jesucristo en la cruz quien dijo a María como madre: bendita entre todas las mujeres”.
Consoladora y amorosa, la Divina Pastora también fue agasajada con los cantos de Proyecto de Amor,
agrupación joven que durante cuatro años ha recibido con tarima musical a la virgen, lugar desde donde
invitaron a los presentes a sentir un Dios vivo y diferente, que no es ajeno a los jóvenes sino que atiende
a la dinámica de vida de cada uno de los fieles, en especial en tiempos actuales.
Para Lilibeth Gutiérrez, coordinadora de Proyecto de Amor, la virgen María es su acompañante, por ello
le piden vida y fuerza, que aliente a los espíritus jóvenes capaces de generar cambio, no por política, sino
porque creen en un mundo de paz donde es posible vivir felices.