“Van saliendo dos almas buenas, para el hato Agua Linda de Barinas”, reportó el capitán Salomón Arráez Paredes (79), a la torre de control del Aeropuerto Internacional Jacinto Lara, al iniciar el vuelo hacia las tierras del productor agropecuario Armando Javier Mogollón (72). Ambos iban a bordo de la aeronave Cessna 182 RG, signada con la matrícula YV-1174, que se encuentra desaparecida desde el pasado lunes.
“En miles de ocasiones he atravesado por situaciones similares, me ha tocado sobrevolar para buscar amigos que se han perdido, pero ahora las condiciones son distintas; no me atrevo a buscar a mi padre. Yo sólo le pido a la Virgen que aparezca; aún tengo esperanzas”, exclamó Pablo Arráez, hijo del piloto extraviado, quien se encontraba en la sede del Aeroclub acompañado de sus hijos y sobrinos.
Salomón Arráez es el piloto más antiguo en cuanto a experiencia y edad en Venezuela, conocido por todos como “El padre de los caballeros del aire”, fundador de diversos Aeroclubes en el país, entre ellos el de Lara, instructor y formador de la mayoría de pilotos privados y comerciales que laboran o laboraron con la extinta línea Avensa, en Aeropostal, Aserca y otras líneas aéreas que hacen vida en el Estado.
Impartió clases en la Escuela de Aviación Miguel Rodríguez, que funcionó en La Carlota y Maracay, fue director académico del Instituto Técnico de Formación Aeronáutica y director de la Escuela de Aviación. Por su edad, desde el Ministerio de Transporte y Comunicaciones le solicitaban cada tres meses el respectivo chequeo médico, que constaba de una evaluación exhaustiva de la parte cardiaca, oído, vista, nariz, así como motora y medicina general, que era aprobado y los resultados eran buenos, siempre mostrando que estaba en condiciones óptimas para volar.
Viajaba constantemente
Pablo Arráez, también piloto, comenta que su padre presta sus servicios para varios empresarios, pero Armando Javier Mogollón es una de las personas que no aborda aeronaves si Salomón Arráez no lo lleva.
Al menos dos veces a la semana acuden al hato en Agua Linda, en Barinas.
Arráez es un hombre muy devoto y creyente de la patrona de los pilotos, la Virgen del Carmen, donó hace años una imagen al Aeroclub de Lara y era quien se encargaba de adornar con flores la gruta que le mandó a diseñar.
El lunes a las 6:30 de la mañana, como de costumbre, le llevó sus flores, se encomendó a la Virgen y a las 7:40 de la mañana inició su vuelo.
Las condiciones climáticas no eran las adecuadas y a las 7:55 de la mañana, quince minutos después de haber despegado, se comunicó con la torre de control del aeropuerto, indicando que el tiempo estaba mal e iba en descenso a 4.900 pies de altura, buscando un mejor campo visual, porque la presencia de nubes obstaculizaba su visualidad.
Desde ese momento se perdió la comunicación con el radar del aeropuerto. Según explicaron los expertos, los radares de los aeropuertos captan las aeronaves que vuelan a partir de 5 mil pies. Por lo general, si lo hacen a baja altura son ilegales.
Se estimaba que el avión pequeño llegara a Barinas entre 9 y 9:40 de la mañana, pero la misma nunca arribó a su destino, ni a los sitios alternos que estaban especificados en el plan de vuelo. Autoridades esperaron cuatro horas, tiempo con el cual cuentan este tipo de aeronaves para volar de forma autónoma.
Una vez alcanzado el límite de horas que se cumplió a las 2 de la tarde, se avisó sobre la desaparición de Arráez y su acompañante.
La aeronave fue declarada en Alerfa (emergencia), pasados 30 minutos más 1, de acuerdo con la norma estipulada en las leyes que rigen la Aeronáutica.
Luego se declaró en Detresfa, código utilizado cuando se presume una fase de peligro o existe incertidumbre de que se ha producido un accidente aéreo.
Gran apoyo
Arráez, quien esperaba ansioso noticias de su padre, indicó que estaba agradecido de todo el apoyo que ha recibido. Comenta que el capitán José Gregorio Rodríguez, alumno de Salomón Arráez, fue quien le dio la noticia sobre la desaparición de la aeronave y le indicó que iba saliendo a sobrevolar.
Fue el primer compañero que inició la búsqueda y entre el lunes y martes al menos 40 aeronaves privadas, que se han ido intercalando, se han usado en apoyo a la búsqueda, coordinada por el Instituto Nacional de Aeronáutica Civil (INAC).
El rastreo el lunes inició a las 2 de la tarde y culminó cerca de las 6 de la tarde. Ya el martes a las 6:36 de la mañana reportaban que esperaban mejorara las condiciones climáticas para arrancar y así fue cerca de las 7 de la mañana, cuatro aviones pequeños iniciaron, a ellos se sumaron dos helicópteros de la Guardia Nacional y uno de la Aviación, además un vehículo militar, cuatro civiles, al menos diez motos cuatro ruedas, así lo informó Néstor Luis Reverol Torres, comandante general de la Guardia Nacional.
En las tareas de rescate se encuentran siete funcionarios del grupo (SAR), siglas en inglés que significan Búsqueda y Salvamento. Llegaron el lunes desde Caracas y dependen del INAC, además están catorce funcionarios del Grupo de Tarea Regional 2, de Protección Civil nacional y se encuentra un funcionario de Lara, además de efectivos del Cuerpo de Bomberos de Iribarren.
Zona montañosa
El general Reverol Torres explicó que el rastreo se está haciendo por las zonas de Gamelotal, Los Cristales, Maporal y Sarare, esto debido a que el último reporte que se hizo a la torre de control del Aeropuerto Internacional Jacinto Lara, los radares captaron la cordillera del parque nacional Terepaima, hacia el sur.
Mediante información pedida a la compañía telefónica con la cual Salomón Arráez tiene su línea, les indicaron que la última traza fue por Maporal.
A través de esos últimos contactos es que el INAC ha realizado el mapa e ideado los cuadrantes de búsqueda y hasta horas del mediodía no habían logrado visualizar rastro alguno.
Algunos pilotos que sobrevolaron explicaron que la parte del parque Terepaima, es una zona virgen, que no ha sido desforestada y tienen mucha presencia de árboles que no permite una visibilidad completa hacia la superficie. Las aeronaves estaban volando cerca de las montañas para ver si divisaban algún objeto.
No es la primera vez
Salomón Arráez comenzó a volar a los 20 años, tiene al menos 59 años sobre el cielo, acumula 50 mil horas de vuelo y es tanta su experiencia que son infinidades las anécdotas que tienen sobre este piloto.
Es padre de siete hijos, al que es piloto lo enseño él. Este 28 de diciembre cumplió sus 79 años, compartió con su familia. Pablo Arráez le preguntó que hasta cuándo iba a trabajar. La respuesta del piloto experimentado fue: “Este año cuelgo las alas”.
Sin embargo el primero de enero, por creencias y buena suerte, acostumbraba realizar su primer vuelo en compañía de su hijo, pero lo hizo con el nieto que lleva su mismo nombre. Al menos hora y media estuvieron en el aire y fueron hasta Aguada Grande, pueblo que vio nacer a este hombre.
“Volar es la pasión de mi papá”, destacó Pablo, quien recordó que cada 16 de julio, día de la Virgen del Carmen, volaba a Aguada Grande y en la procesión lanzaba flores desde su aeronave y en múltiples ocasiones también lo hizo en la procesión de la Divina Pastora.
El día de ayer se observaba gran movimiento en el Aeroclub. No había persona que no señalara que se trata de una excelente persona.
Comentaron que en la carrera de Salomón se había topado con varios incidentes. Un día le tocó aterrizar de emergencia en Lara, porque el tren de aterrizaje no salió; en otra ocasión chocaron contra un sistema de riego en Turén, estado Portuguesa, porque el piloto que lo acompañaba se asustó ante la situación, pero lo peor que el capitán ha pasado fue hace años cuando duró tres días extraviado.
El piloto experimentado se encontró con nubosidad en su camino, descendió y aterrizó sobre un árbol. El hecho ocurrió en Ciudad Bolívar y fueron los grupos de rescate quienes lo localizaron, es por ello que todos sus compañeros y su familia tienen la esperanza que será encontrado sano y salvo.
Ninguno se atreve a sacar conclusiones de lo ocurrido ni pensar lo peor, por el contrario, desean encontrarlos lo más pronto posible.