Durante el 2014 en Venezuela se registraron 569 violaciones a la libertad de expresión, que corresponden a 350 denuncias, de las cuales 91 fueron agresiones a periodistas, reporteros gráficos, trabajadores de medios e infociudadanos.
Portar un carné de prensa, una cámara fotográfica o de video era la ficha que identificaba el blanco a seguir. El “no dispare, soy prensa” en contadas ocasiones no sirvió de salvoconducto para el ataque, advirtió Espacio Público en informe remitido a los medios de comunicación.
En el año que acaba de concluir, 45 periodistas y 34 reporteros gráficos fueron agredidos, a esa lista se le suman 9 trabajadores de medios y dos infociudadanos, uno de los cuales perdió la vida.
De los casos registrados, en 36 de ellos los victimarios fueron los cuerpos de seguridad del Estado, destacan la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), la Policía Nacional Bolivariana (PNB) y en menos oportunidades los funcionarios regionales.
Además, los trabajadores de la prensa también fueron víctimas de la polarización y de grupos violentos, recibiendo agresiones en al menos 10 oportunidades de estos sectores. Entre las tres ciudades donde hubo más agresiones están el Distrito Capital, 21 casos; Carabobo, 7 casos y Táchira 5 casos.
2.254 manifestaciones
La violencia estuvo asociada al ejercicio del derecho a la libertad de expresión. La mayoría de las agresiones se dieron en el contexto de manifestaciones. De acuerdo a los datos publicados en la página www.manifestar.org, desde enero hasta noviembre de 2014 se realizaron 2.254 manifestaciones, de las cuales 383 (17%) de ellas fueron reprimidas.
La ONG destaca varios casos de trabajadores de la prensa escrita golpeados o heridos.
La prensa extranjera no salió ilesa de esta realidad, también con varios registros.
Caso gráfico de EL IMPULSO
Espacio Público indica que «las agresiones a la prensa no fueron solo en la época de las manifestaciones. La conducta de la Guardia Nacional se mantuvo siempre que los ánimos estuviesen caldeados. En Barquisimeto, estado Lara, la GNB arremetió contra reporteros gráficos que laboran en medios regionales, cuando intentaban cubrir, desde afuera, la situación irregular en el Centro Penitenciario David Viloria, conocido como Uribana.
Edickson Durán de EL IMPULSO, Abraham Palencia de La Prensa de Lara y el equipo de Promar TV, fueron víctimas del maltrato y abuso de poder por parte de los militares que resguardaban los alrededores de Uribana. Palencia fue amenazado de muerte, los reportero gráficos «fueron despojados de la memoria de la cámara con la cual les tomaron fotos, para luego amenazarlos que podían amanecer en una zanja con la lengua afuera».