El Hospital Central Universitario Antonio María Pineda (Hcamp), atendió durante los días treinta y uno de diciembre de 2014 y primero de enero de 2015, a 26 pacientes politraumatizados que se vieron involucrados en accidentes de motos.
El director del centro asistencial, Ruy Medina, declaró que la mayoría de los casos fueron el resultado de las imprudencias viales, pese a que los conductores se encontraban bajo los efectos del alcohol.
El galeno mostró su preocupación, porque durante los períodos vacacionales las cifras se elevan aceleradamente y esta temporada no fue la excepción.
Dijo que la irresponsabilidad estuvo de manifiesto a la hora de conducir, igualmente, en la ingesta excesiva de bebidas alcohólicas, razón por la cual, en el área de atención los especialistas de guardia observaron varios cuadros de etilismo agudo o embriaguez. Resultado de una impregnación súbita del organismo por el alcohol etílico (etanol).
“Aquí no hay autoridad que meta en cintura a los motorizados. Ellos incumplen las normas, arriesgan sus vidas y la de los demás”.
Efectos secundarios
Medina afirmó que ningún licor o la mezcla de ellos, provoca la muerte, pero sí deja efectos secundarios que atentan contra la salud de las personas.
Lo primero que produce la sustancia al llegar al organismo es euforia, falta de coordinación motora, sumado a los vómitos, molestias gastrointestinales, sudoración, disminución de la presión arterial y pupilas dilatadas.
Cuando el consumo es prolongado pueden aparecer enfermedades crónicas como las pancreatitis agudas, gastritis, hemorragias, perforaciones de úlceras, cirrosis, entre otras.