Para recordar: “Entonces el Eterno le dijo (a Abram): “Mira el cielo, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y agregó: Así será tu descendencia” (Génesis 15:5).
Según nuestro texto inicial, Dios le habló a Abram acerca de su descendencia y le dijo que sus generaciones sucesivas no se podían contar.
Tampoco, lo estaba invitando a convertirse astrólogo, para contemplar las estrellas, como quienes usan o publican los horóscopos para ver la suerte que les reportan los astros, porque Dios lo prohíbe rotundamente (ver Deuteronomio 18:9-14).
El año pasado, se nos publicó, en este prestigioso diario, el artículo Nº 420, 18/12/14, titulado: ¿Qué era la estrella de Belén? Allí observamos la intervención divina y nunca el azar astronómico.
Ahora bien, la página web, http://www.press-report.co.ve/, habla de la lluvia de estrellas y lo presentan como algo cíclico, en medio de sendos comentarios sobre el horóscopo, y dicen “…una lluvia de meteoros que todos los años se puede observar entre los días 7 y 17 de cada diciembre…”.
También, nos llamó la atención el titular, muy reciente, que dice: “Europa se prepara para la caída de un gran meteoro gigante” (según www.contextotucuman.com/, sábado, 20/12/14). Comentan sobre “el meteoro que cayó en 2013, en Rusia, hiriendo a 1500 personas… y del meteoro que cayó en la tierra hace millones de años, matando a los dinosaurios”.
Preguntamos: ¿A caso no existirá la posibilidad de querer opacar, lo que en la Biblia se conoce como la “Estrella de Belén”? ¿Fue un cometa o caída de estrellas, quienes anunciaron el nacimiento de Jesús?
En realidad, fue un grupo de ángeles que se colocaron justo o cerca de Belén, para notificar el nacimiento de Dios (humanado); el niño Jesús, cuya venida estaba profetizada: El tiempo, lugar, situación social (Génesis 3:15; Isaías 7:14; Daniel 9:25-27; Miqueas 5:2).
Los pastores, de esa época, eran beduinos diferentes, porque cuidaban ovejas que iban a los sacrificios, según lo estudió nuestro amigo Gerardo Guitérrez, y dado el tiempo el ángel se comunicó con ellos.
El relato bíblico dice: “En esa región había pastores que pasaban la noche en el campo cuidando sus rebaños. De pronto se les presentó un ángel del Señor, y la claridad de Dios los cercó de resplandor… Pero el ángel les dijo: No temáis, porque os traigo una buena noticia… que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador que es Cristo, el Señor… Y de repente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios y decían: Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, entre los hombres de buena voluntad”.
Hay quienes continuarán dudado de Dios, su Hijo, el Espíritu Santo, la Biblia, entonces habrá personas propagando que a los dinosaurios los mató un gran meteoro. Ellos no creen que esos animales murieron por causa del diluvio (Génesis 6) por ejemplo. Por lo tanto desconfían que Jesús nació en un pesebre; y es quien viene por Segunda vez.
¿No será mejor tener la aptitud de los pastores, los magos y otros que sí se prepararon para el nacimiento de Cristo? Como el profeta Simeón quien dijo después de tener a Jesús en sus brazos: “Ahora Señor, conforme a tu promesa, puedes despedir a tu siervo en paz. Porque mis ojos han visto tu salvación (Lucas 2:25-30).
¿Qué decidimos hoy, acerca del nacimiento del Mesías o la Segunda Venida de Cristo?
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