Miles de apasionados del tango se congregaron este miércoles en la plaza de San Pedro del Vaticano al son del bandoneón, para celebrar el 78 cumpleaños del papa argentino Francisco.
Llegados de toda Italia y algunos incluso de más lejos, los bailarines se levantaron al alba para asistir en primera fila a la audiencia general que comenzó a las 10h00 locales.
Cuando el papa Francisco llegó a la plaza, agitaron un pañuelo blanco, mientras que otros fieles entre los 13.000 presentes le ofrecieron un pastel o le tendieron un mate, la infusión típica del Cono Sur.
Luego, después de escuchar la catequesis del pontífice sobre la familia bajo un bello sol invernal y varios cantos en español de feliz cumpleaños, las notas de «Libertango» de Astor Piazzolla abrieron el baile desde la adyacente plaza Pio XII.
«A los tangueros presentes los invito a que hagan soplar aquí un poco de viento pampero», les dijo el papa al despedirse.
«La idea surgió en agosto, con un grupo de amigos, todos apasionados de tango, mientras recalcábamos las cualidades del papa Francisco», contó a la AFP la organizadora, la tanguera italiana Cristina Camorani.
La enorme explanada se convertía así en un telón ante el cual se mezclaba lo sacro y lo profano, curas y bailarines.
«Escogí los temas favoritos del papa», contó el técnico de sonido Marco Morgani, amigo de Camorani, quien trajo desde Forlí (norte) una selección de tangos que incluye baladas de Amelia Baltar, milongas de Juan D´Arienzo y tantos temas del legendario bandoneista Aníbal Troilo.
Cientos de parejas de bailarines, cerca de 3.000 según la prensa italiana, bailaron por cerca de una hora y media al inicio de la célebre Avenida de la Conciliación, que conduce a San Pedro, para regalar simbólicamente al papa esta sensual danza nacida en los arrabales de la capital argentina.
«El tango es como un abrazo»
«Bailar para el papa es nuestro regalo. Porque el tango es como un gran abrazo», dijo Carmorani, profesora de baile en Conventello, cerca de Ravenna (noreste), y artífice de la iniciativa «Un tango para Francisco» en la red social Facebook.
Una enorme pancarta, con escrito «Un tango para Francisco de sus admiradores de Piedemonte», fue elevado en medio de los tangueros.
Para organizar ese original «flashmob», Carmorani logró el permiso de las autoridades vaticanas y de la policía italiana.
«No soy creyente, bailo tango desde hace muchos años. Hoy quise rendir homenaje al papa por lo que está haciendo, por los cambios que impulsa», sostiene Achille, quien sigue el compás abrazado a Rosalba.
«Francisco representa la honestidad moral», dice ella, una elegante italiana de unos 50 años.
Antes de ser elegido sucesor del trono de Pedro, Jorge Bergoglio confesó en una ocasión su pasión por el tango. «Me gusta muchísimo, es algo que me sale de adentro», dijo en una entrevista publicada luego en el libro «El jesuita».
Según su hermana, en su juventud fue incluso un buen bailarín.
El año pasado, para su primer cumpleaños en Roma, Radio Vaticano ya difundió sus tangos preferidos, entre ellos «Por una cabeza» de Carlos Gardel.
Por su parte, el pontífice parece desear que éste sea un día normal. No tiene nada especial previsto en su programa oficial y la prensa italiana habla sólo de que le han hecho un pastel para el almuerzo.
El año pasado, mientras decenas de miles de personas le felicitaban en Twitter, Francisco sólo invitó al personal de la Casa Santa Marta, donde reside, a su misa matutina para darle un ambiente familiar.
Luego desayunó con cuatro personas sin hogar.