El gobierno de Venezuela mantenía este martes silencio sobre el caso del asesinato el 27 de julio de su embajadora en funciones en Kenia, Olga Fonseca, por el cual un diplomático que pertenecía a esa legación fue acusado el lunes por la justicia de Nairobi.
Consultada al respecto,la Cancilleríase abstuvo de pronunciarse luego de que el lunes el primer secretario de la legación venezolana, Dwight Sagaray, fuera acusado por el asesinato de Fonseca, quien murió estrangulada en la residencia de la embajada.
«Sólo el presidente (Hugo Chávez) puede pronunciarse, no tengo información», se limitó a decir ala AFPun portavoz dela Cancillería.
Sagaray, que fue detenido el 28 de julio, se declaró inocente en un tribunal de Nairobi tras la lectura del acta de acusación, según constatóla AFP. Elsecretario quedó sin embargo detenido a la espera de que la jueza del caso responda a un pedido de libertad bajo fianza presentado por sus abogados.
Como diplomático, Sagaray debería gozar de inmunidad, pero ésta le fue retirada antes de su arresto, según responsables kenianos, pese a que ese dato no ha sido confirmado por el gobierno venezolano.
El tribunal también acusó de asesinato, en ausencia, al keniano Mohamed Ahmed y la policía emitió una orden de captura en su contra.
También dos guardias de seguridad fueron señalados por su presunta participación en los hechos, aunque ni la fiscalía ni la policía precisaron la relación entre Sagaray, Ahmed y los guardias.
El 1 de agosto, Chávez informó escuetamente que el caso «se está investigando» y aseguró que su gobierno colaborará con las pesquisas.
Dos días antes, Caracas había expresado en un comunicado su pesar por «la deplorable desaparición física» de la diplomártica.
Fonseca, de 57 años, fue nombrada embajadora en Kenia el 25 de junio, en sustitución de Gerardo Carrillo Silva, destituido a fines de mayo tras ser convocado porla Cancilleríaen Caracas, según dijo el propio diplomático este fin de semana al diario venezolano Ultimas Noticias.
Carrillo «rechazó» las acusaciones de acoso sexual que según la prensa keniana formularon contra él algunos de los empleados de la embajada.
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