El serpentinero Erasmo Ramírez disfrutó al máximo su pasantía con Cardenales en la actual temporada de la pelota local y pudo sacar provecho a cada una de sus presentaciones como abridor.
Al nicaragüense le quedó pequeña la LVBP y en cada una de sus aperturas lució intraficable. “Siempre voy a estar agradecido con esta organización. Cardenales representa una ayuda tremenda para mi carrera”, dijo el tirador diestro.
Tras cinco aperturas en Venezuela, los Marineros de Seattle mandaron a parar a Ramírez, a pesar que el lanzador se siente bien físicamente. “Mejoré mucho el temperamento. Aprendí a estar concentrado en cada lanzamiento y a no tratar de hacer más de lo que puedo”.
“Hice lo que tenía que hacer y me voy contento”, aseguró el serpentinero, quien dejó abierta la posibilidad de regresar el próximo año. “Yo siempre quiero volver. Si me siento bien y me dan el permiso regresaría con gusto”, cerró Ramírez, quien espera pelear por un puesto en la rotación de los Marineros el próximo año.