Hace muchos años, en Cabudare había una mujer muy apreciada, caritativa y bondadosa.
Quienes la conocieron la describen como una dama agraciada, robusta, de mediana estatura, de vestir impecable. De su cabellera resaltaban hilos de plata, coinciden antiguos cabudareños que vinieron al mundo ayudados por la comadrona.
“Usaba lentes y le fascinaban los niños”, añaden con devoción.
Era conocida como Bárbara López, la matrona del pueblo de Cabudare.
Su apariencia era mágica
Bárbara nació en Cabudare, el 4 de diciembre de 1915, hija de la unión de Rafael Gregorio López y María Evelia Silva.
De moza se enamoró de la costura y el bordado a temprana edad, vocación que sin advertirlo, la llevó a transitar el noble oficio de ayudar a traer niños al mundo.
Pedro López, hijo de la partera que nos ocupa, refiere emocionado que Bárbara a los 25 años, se empeñó en estudiar Enfermería en el antiguo Hospital de La Caridad, que funcionaba en la actual sede del Museo de Barquisimeto.
En 1941, en tiempos de la gestión del doctor Honorio Sigala, como gobernador del estado Lara, obtiene el título de partera titular o comadrona rural.
Se dedica entonces al oficio cuando la mortalidad infantil alcanzaba cifras espeluznantes en el mundo.
Su hijo reseña que la presencia de Bárbara era mágica: era vista con respeto y admiración por vecinos, allegados y sobre todo ante los niños y parturientas que asistió.
A diferentes horas, inclusive de madrugada, y de todas partes llegaban personas a tocar el portón de madera de la casona de la familia López, situada en la avenida Libertador cruce con la calle Juares de Cabudare, para que Bárbara acudiera al auxilio de las parturientas.
La popular comadre y querida madrina
Bárbara desarrolló tan difícil tarea hasta 1970, atendiendo un cúmulo importante de parturientas que pasaban a ser comadres.
Cuando caminaba por Cabudare, Los Rastrojos o Agua Viva, hacía un alto cada minuto para bendecir a los ahijados que se atravesaban para saludarla, hincándose con reverencia en solicitud de bendición en espera que la madrina ungiera la frente o frotara las cabelleras. Para mí era motivo de orgullo y satisfacción -atestigua Pedro López-, ver a decenas de mujeres y muchachos, saludar a mi madre con veneración. En aquel entonces, por la pronta y diligente labor, el precio era la estima y el respeto que se ganaba con la acción.
Una nueva partera
Hasta la década del 70, ya avanzada en edad, Bárbara se retira del oficio como la titular, y asume María Agustina Valero de Vázquez, la nueva partera.
En 1991, en los actos del Día de Cabudare que se celebró el 10 de noviembre, el Concejo Municipal, el Ejecutivo regional y el Ministerio de Salud, inauguran la Maternidad de Cabudare, designándole con el nombre de Bárbara Teresa López de Rivero Con el transcurrir de los años, la placa con el nombre fue retirada del lugar de la develación y actualmente yace en un rincón del Ambulatorio Don Felipe Ponte de Cabudare.