Quienes transitan por la calle 6 con carrera 5 del centro de Tamaca, deben soportar el fétido olor y las moscas que genera una laguna de agua empozada. Según cuentan, puede tardar hasta quince días en secarse.
Comerciantes de la zona afirman que han soportado esta situación durante cuatro años y aunque han acudido a oficinas de los tres niveles del Ejecutivo, ninguno ofrece solución.
Carlos Hernández, vendedor de un local a orillas de la laguna, comenta que cada vez que se forma (mide unos diez metros) disminuyen las ventas.
Indicó que el lugar es utilizado como “urinario de borrachitos”, que lanzan botellas al empozamiento, que con los días toma un color verde.
Hernández comentó que dicho estancamiento se genera porque el buco interno que atraviesa la calle está obstruido con basura. La arrojan los comerciantes informales de la zona y los transportistas que allí hacen parada y realizan cambios de aceite a sus vehículos.
“Aquí también hacemos de fiscales y le decimos a los conductores que por allí no pasen, porque no se ve, pero debajo del agua hay un hueco profundo, que incluso ha dañado el tren delantero de algunos vehículos”.
Producto del mismo empozamiento de agua, también ha proliferado la formación de maleza, la cual se ha convertido en hogar de insectos.
Para solventar la situación es necesario hacer una limpieza del buco, organizar el comercio informal en la zona y recuperar la capa asfáltica, también hundida.
La urbanización ubicada detrás de la cancha deportiva también se ve afectada.
Espacio deportivo en peligro
Es de destacar que la laguna bordea la cancha múltiple de Tamaca Roger Arriechi, donde reposa un anuncio de la Corporación de Desarrollo Jacinto Lara (Corpolara).
La cancha presenta socavamiento de sus bases y filtraciones en su interior. Vecinos como Héctor Pérez temen que el lugar caiga en ruinas y dejen de funcionar agrupaciones como la escuela de baloncesto que allí labora, en beneficio de la misma comunidad.