Otro de los aspectos que prendaron mi voluntad, mis deseos, mis sentimientos y mi corazón por el running. O como también se le llama, de las “Carreras de calle”, a parte de los grandes beneficios físicos, es el espíritu de solidaridad de la mayoría de las personas que lo practican. Noto una noble tendencia de muchos a procurar el bien de las personas de manera desinteresada. Y éste es el caso de Roger Daniel. Un niño que corre una carrera contra el tiempo, por cuanto necesita se le practique una costosa operación que lo encamine a la meta y pueda subir al podio de la vida. Oír cómo se expresa acerca de la amistad, es verdaderamente conmovedor. Entonces, ver la voluntad, el cariño y el desinterés personal de esos amigos que sin escatimar esfuerzos fueron capaces de organizar un evento que rebasó las expectativas que se tenían, me emociona y de allí la reflexión de hoy. Que a pesar de que había una carrera bien publicitada en Barquisimeto, ésta reunió una marea de corredores de distintas edades que llenó de alegría y colorido las principales avenidas de Cabudare, con la conciencia bien clara del motivo por el cual se corría.
Al evaluar actividades como esta no me queda la menor duda que son inspiradas por Dios a través de su Santo Espíritu. Puedo afirmar sin temor a equivocarme que cuando el hombre deja su mente permeable para recibir la influencia de Dios, puede hacer cosas maravillosas como la de ese domingo 23 de noviembre. Y lo sustento en un “escrito está”. “Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad” Fil.2:13. Y esto es para que nadie se gloríe. “El Señor desea cooperar, con todos los que fervientemente se esfuerzan para ser fieles en el servicio que le prestan… Las finas cualidades de la mente, y un elevado tono del carácter moral, no son resultado de un accidente. Dios ofrece las oportunidades, y de nosotros depende el uso que hagamos de ellas. Las ocasiones de la Providencia deben ser discernidas con prontitud y aceptadas con interés”.
Libro. Recibiréis poder. Elena de White. Y eso es lo que ha hecho el amigo Julio Palacios y los organizadores de esta Carrera por Roger Daniel. !Dios les bendiga!
Excelente la forma como lo grafica también el escritor uruguayo Marciano Durán, cuando habla de los corredores y sus sentimientos. “Los he visto muchas veces. Están mal de la cabeza. Miran con cariño y sin lástima al que llega diez minutos después, respetan al último y al penúltimo porque dicen que son respetados por el primero y por el segundo. Disfrutan de los aplausos aunque vengan cerrando la marcha ganándole solamente a la ambulancia o al tipo de la moto. Se agrupan por equipos y viajan 200 kilómetros o más para correr 10” ¡Eso es bonito!
Estoy absolutamente convencido, que nuestro Dios Todopoderoso tiene en sus manos el caso de Roger Daniel. Colaboremos todo lo que podamos con su causa, llenémosle su corazón, a sus padres, familiares y amigos de optimismo y esperanza. Y, mantengámonos en oración a Dios, con fe, él obrará, seguro que lo hará. ¡Hasta el próximo martes Dios mediante.