Diarreas severas, una fiebre que pasaba de 40, el cuerpo lleno de rosetas, los dientes flojos, las uñas de las manos y el cabello, se le cayeron; estas fueron algunas de las situaciones que vivió Raiza Farnataro de Arias, antes de que fuera diagnosticada como una paciente de Sida, que estaba en etapa terminal. En ese momento los doctores, dijeron que no había nada que hacer, que le quedaban 48 horas de vida.
La dama superó esas horas y al verse viva, su hijo para aquel momento que tenía 16 años, a través de Internet comenzó a buscar las alternativas que tenía su madre para extender su vida, paralelamente Raiza afrontaba los problemas con su familia, quienes culpaban a su esposo por el contagio y los separaron. En un mes llegó a rebajar hasta 40 kilos, llegó al Hospital Central Antonio María Pineda, sin saber de qué se trataba la enfermedad de la cual padecía y posteriormente llegó al Programa regional de Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) y desde allí fue evaluada y tratada.
Once años han pasado y Raiza, dice estar más llena de vida, desde hace diez años es la presidenta de la fundación Conciencia por la Vida, la única que trata con pacientes de VIH, y junto a su esposo Edgar Arias, quien también es paciente positivo, han tratado parejas y a los nuevos diagnosticados, quienes entran en depresión al momento de conocer la noticia.
Arias comenta que el panorama de pacientes de VIH en Lara, es preocupante, pues de forma semanal se están diagnosticando de 20 a 25 casos nuevos y acuden muchos jovencitos de camisa azul y beige a hacerse las pruebas y no las buscan. Desde el 2002, son 400 pruebas que están engavetadas que no han ido a buscar.
Pacientes se esconden
“Ellos mismos se discriminan, siempre se andan escondiendo, cuando vienen a retirar sus medicamentos, traen lentes grandes, llegan como disfrazados. El día de la caminata solo fueron tres cuando en la fundación son 1.605, la misma cantidad que recibe retrovirales en el programa”, destacó Raiza.
Hace un llamado a los padres, para que empiecen a formar a sus hijos desde el hogar, les creen responsabilidad a la hora de tener sexo, y creen conciencia ya que tres minutos de placer, les puede dañar toda una vida, destaca la activista.
“Nosotros decidimos salir del clóset y decir que tenemos, para de este modo poder ayudar a quienes nos necesitan y que ellos sepan que sabemos que están sintiendo”, indicaron Raiza y su esposo Edgar.
Más de 4 mil pacientes
Desde el año 1985, el Programa regional de Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), ha atendido en la entidad larense a 4.010 personas que han resultado positivas de VIH, el año pasado fueron 263 casos nuevos, mientras lo que va de año ya van 262, indicó el doctor Carlos Casanova, director del programa.
De la cifra de este año, son 44 mujeres, 31 niños y 26 embarazadas. Destaca Casanova que en siete años, no tienen contagios verticales (de madre a hijo), pero sí hace un llamado a los doctores para que entre las 13 a 14 semanas de embarazo, se realicen los exámenes de VDL (sífilis) y elisa (VIH) y repetirlos en el segundo período, ya que son muchas las mujeres que están llegando al programa embarazadas, que no habían sido diagnosticadas y tienen que ser manejadas como pacientes de alto riesgo.
En cuanto a la distribución de los retrovirales, Casanova expresa que esta semana esperan la dotación del mes de diciembre y enero.
“Aunque tuvimos tropiezos, ya fueron superados y desde el Ministerio de Salud, prometieron que no pasaría nuevamente. También contamos con los reactivos para hacer los principales exámenes, que son: CD4, CD8, elisa (VIH), western blot y la carga viral, todos ellos para diagnosticar, o saber la etapa del paciente y hasta su evolución”, explicó Casanova.