La diferencia estuvo en el trabajo de los relevistas. Cardenales no conectó imparables en los últimos seis episodios y en cambio el bando margariteño amenazó constantemente a partir del sexto inning, empató con jonrón de Batista en el noveno y aprovechó en el décimo tercero con dos outs y nadie en bases el descontrol de Castillo y Gustafson, más un costoso error de César Hernández, para anotar la victoria, con un wild de Gustafson y salvar angustiosamente el último de la serie, rompiendo la cadena de cinco triunfos facturada por los pájaros rojos en el centro y oriente del país.
Cardenales ganaba 3 por 0 hasta el sexto, cuando se cansó el abridor Carlos Hernández y el relevo de Edwin Escobar permitió la primera rayita. El panameño Acosta se complicó en el octavo y Bravos se acercó 3-2, antes de que Wilson Batista le sacara la bola a Vizcaíno como primer bateador del noveno episodio. Aunque conectaba imparables, el bando crepuscular estuvo a tiro del triunfo en el décimo. Con corredores en tercera y en segunda, el camarero Valera decapitó una línea de Raúl Padrón y logró un fulminante doble play. Los nueve tiradores empleados por Henry Blanco resultaron muy efectivos, particularmente sus apagafuegos, a diferencia de lo ocurrido en el escuadrón visitante.
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Gustó mucho el estreno del zurdo Carlos Hernández. Retiró 14 de 15 luego de recibir dos imparables en el primero, y en el sexto se lo llevó Fermín, después de un par de indiscutibles. Mostró excelente cambio, sinker y buen control aceptando cinco incogibles en una tarea más prolongada de lo previsto. Carlos Rivero había dado una cómoda ventaja 3-0 en el quinto con su octavo cuadrangular, un largo disparo entre center y leffield. La gira no pudo ser más productiva para Cardenales. Regresa en posesión del quinto lugar y tiene la localía para sus siguientes tres compromisos ante el rival más directo, el Caracas. Los criollos Raúl Rivero y Néstor Molina serán los encargados de trabajar hoy y mañana en un encendido parque Antonio Herrera Gutiérrez.