El canciller venezolano, Rafael Ramírez, que defendió ante la OPEP la necesidad de retirar del mercado dos millones de barriles diarios, para frenar el desplome de los precios, chocó al parecer con la voluntad de los países del Golfo, que lograron dejar sin cambios el techo de producción.
«Fue una reunión difícil», confió una fuente cercana a la delegación venezolana, tras el anuncio el jueves en Viena de que la OPEP mantendrá su techo conjunto de producción, que se sitúa en 30 mbd desde 2011.
«Debemos retirar del mercado la sobreproducción» de petróleo, dijo, antes de la reunión, el representante de Venezuela ante la Organización de Países Exportadores de Petróleo, destacando que un recorte ayudaría a estabilizar los mercados.
Pero la OPEP decidió no recortar su producción, a pesar de que Venezuela contaba, según lo señaló el mismo Ramírez, con apoyo de varios de los doce países miembros del cartel, que llamaron en Viena a un recorte, que era también deseado por los mercados. «Muchos países comparten nuestra evaluación de la situación del mercado» y «la preocupación por los precios», dijo Ramírez.
«Los precios no son buenos», enfatizó en Viena el canciller venezolano, quien salió de la reunión -una de las más importantes de los últimos años – visiblemente crispado y decepcionado. Generalmente afable con los periodistas, Ramírez no se detuvo para dar un comentario, y se introdujo en su vehículo, rumbo a su hotel.
Mientras, el secretario general de la OPEP, Abdalá Salem El Badri, anunciaba en la sala de prensa la decisión de la OPEP. «Conforme con el interés de devolver el equilibrio al mercado, la Conferencia» ministerial de la OPEP «decidió mantener el nivel de producción de 30 millones de barriles diarios», leyó El Badri.
El ministro saudita, Ali al-Naimi, había desestimado en Viena la sobreoferta de crudo en el mercado, señalando que debía ser el mercado el que regule el precio del crudo. «El mercado va a estabilizarse solo, eventualmente», aseguró Naimi.
Por su parte, la ministra de Petróleo de Nigeria, Diezani Alison-Madueke, que fue designada el jueves presidenta de la OPEP – la primera mujer en ocupar ese puesto – señaló que países productores no miembros de la OPEP deberán «compartir la carga de la caída de los precios del petróleo».
Venezuela necesita un barril a 100 dólares
Confrontada a una grave situación económica, Venezuela reclamaba un recorte de la producción para que el precio del barril vuelva a rondar los 100 dólares. «Creemos que cien dólares es un precio justo», reafirmó el representante venezolano.
Para luchar contra el exceso de crudo en el mercado, que presiona los precios a la baja, Ramírez recalcó en Viena la necesidad de coordinar con otros países productores que no son miembros del cartel, como Rusia y México.
Venezuela y Arabia Saudita se reunieron el martes en Viena con México y Rusia «por primera vez, para evaluar juntos» la situación del mercado, destacó Ramírez, enfatizando que los cuatro países productores volverán a encontrarse dentro de tres meses.
Ramírez no ocultó su preocupación por la reunión de la OPEP, aunque también desdramatizó, afirmando que en la historia del cartel fundado en 1960 hubo algunas «mucho más difíciles».
«Me preocupa esta reunión, me preocupa la situación», del mercado. «Y creo que todos los países están preocupados por eso», dijo, unos minutos antes de reunirse con sus 11 colegas. «Pero otras reuniones han sido peores, hubo hasta guerras», recordó el expresidente de la estatal PDVSA, que seguramente no bajará los brazos y volverá a la carga sobre este tema, vital para la exangüe economía de Venezuela.