Esta vez fue Andy Murray el que festejó ante Roger Federer en la Cancha Central de Wimbledon.
Menos de un mes después de perder ante Federer en el mismo escenario en la final de ese Grand Slam, el británico arrolló al suizo por 6-2, 6-1, 6-4 y conquistó la medalla de oro en el tenis de los Juegos Olímpicos.
Fue una paliza por donde se la mire: Murray llegó a ganar nueve games consecutivos y le rompió el saque cuatro veces seguidas al número uno del mundo.
El triunfo fue la coronación del tenista escocés, que ha perdido las cuatro finales de Grand Slam que disputó hasta ahora, incluyendo tres contra Federer, la más reciente hace 28 días.
“He tenido muchas derrotas duras en mi carrera”, comentó. “Esta es la mejor manera de recuperarme de la final de Wimbledon. Nunca lo olvidaré”.
El suizo, en tanto, se quedó sin el oro que tanto anhela para completar el Golden Slam en su carrera, aunque la plata es su primera medalla en singles en cuatro Juegos Olímpicos.
“(Murray) fue mucho mejor que yo”, reconoció el suizo. “Pero de todas formas estoy muy contento por la plata”.
El argentino Juan Martín del Potro, que perdió ante Federer en una maratónica semifinal, se quedó con el bronce al despachar 7-5, 6-4 al serbio Novak Djokovic.
En el primer partido de la jornada en la Cancha Central, la estadounidense Serena Williams hizo pareja con su hermana Venus para ganar su tercer oro en dobles. Derrotaron 6-4, 6-4 a las checas Andrea Hlavackova y Lucie Hradecka.
Luego vinieron los hombres, y de entrada quedó claro quién tenía el favor del público. El techo retráctil abrió poco antes del partido, y Federer -ganador de siete títulos de Wimbledon- recibió una ovación de pie cuando entró a la cancha. Pero después llegó Murray, y la ovación se triplicó.
En un extremo del All England Club, miles de fanáticos disfrutaron de un ambiente festivo mientras veían el partido en pantallas gigantes desde la colina conocida como el Monte Murray.
Foto: Reuters