El estallido del neumático delantero de la moto que tripulaba José Darío Mendoza constituyó su muerte en segundos. Este ciudadano se desplazaba en su Empire negra, con trayecto Barquisimeto-El Cují, por la Intercomunal, y cuando pasaba frente a la “cementera”, su cabeza se golpeó en el pavimiento, tras rodar su cuerpo por el suelo luego que la moto quedara fuera de control. El accidente se produjo a eso de las 2:00 de la tarde de este lunes.
Mendoza cayó a un lado de la vía, y la moto tomó otro rumbo. Quedó a corta distancia de él, ocupando el canal lento.
Ante la magnitud del impacto que sufrió con la capa de rodamiento, el motorizado no volvió a moverse, ni a pronunciar palabra alguna, como sí lo hizo su esposa que durante estos breves segundos vio de cerca la muerte, no obstante, acompañada por la suerte solo sufrió leves lesiones, una de estas en una de las manos, y fue trasladada hasta un centro asistencial para que recibiera las respectivas atenciones médicas.
Se trata de Maideline Guédez, quien también iba en el mismo viaje con Mendoza, en calidad de copiloto.
Alcides Cadevilla, cuñado de la víctima, indicó que él tenía 47 años de edad y vivía junto a Guédez y cuatro hijos, uno de ellos mayor de edad, en la comunidad Carorita Abajo, concretamente frente al estadio de la zona, al norte de Barquisimeto, hacia donde se dirigía a almorzar a la hora del percance vial.
Informó que una comisión de efectivos de Tránsito Terrestre levantó el cadáver y lo trasladó hasta la morgue del Hospital Central Universitario Dr. Antonio María Pineda.
Familiares llegaron al sitio y no daban crédito a lo ocurrido.
Ignacio Castañeda también estuvo en el lugar, comentó que le avisaron estando en el sector El Manzano, al sur de la ciudad, y se dirigió de inmediato en su camión cisterna por tratarse de su amigo, con quien compartió desde la adolescencia.
Expuso que Mendoza desde hace mucho tiempo distribuía cartones de lotería en distintas agencias, tanto en Iribarren como en Palavecino.
Recordó que hace una semana Mendoza le comentó en el caserío El Cardonal que había padecido chikunguña, y le aseguró que dejaría de tomar por unos tres meses porque era un peligro para su vida.
Con los ojos llenos de lágrimas, señaló que siempre fueron muy buenos amigos y entre las actividades que realizaron estuvo viajar a la playa en moto, junto a otras personas y familiares.
“El fue un hombre muy buena gente, en algunas oportunidades me pagó el aceite y la gasolina de la moto”, adujo.
Pese al hecho, el tránsito vehicular en la Intercomunal Barquisimeto-El Cují no estuvo interrumpido, salvo algunos conductores curiosos que bajaban la velocidad para preguntar qué había pasado.
