Por poco nace un 19 de marzo, fecha emblemática del llano venezolano, quien tuviera en vida tantas aristas interesantes que podían lucir como contradictorias. Pocas veces ha sido tan universal un hombre nacido en un pueblo perdido que no siempre aparece en los mapas o tan local, que podía ser de Lara, Portuguesa, Barinas, Apure o Mérida.
Su hermosa evocación de Puerto Nutrias como lugar de cruce de mercancías y lenguas, nos permite conocer su temprana fascinación por las palabras desconocidas que le llevarían a ser el políglota que podía hablar con fluidez más de quince idiomas y leer en su lengua original aHomero, Dante, Goethe, Kant, Platón, Sófocles, Eurípides o Aristóteles como quien suelta un bote a su aire en medio del río. Sobra quienes le recuerdan recitar de memoria fragmentos de Homero como si fuera una versión contemporánea del rapsoda. Se sintió privilegiado al poder leer así la literatura y la poesía pues lo entendió como legado lingüístico. La lengua y sus sutilezas le compensaron de los dolores de la condición humana.
En “Amor y Terror de las Palabras”, una poderosa imagen muestra el encantamiento del protagonista frente al lenguaje: “Pero lo que más me agradaba era quedarme a solas, sin testigos, para desatar las palabras de su significado, para soltarlas, repetía en voz alta una palabra cualquiera y la seguía repitiendo, a veces en grito pleno, a veces en susurro, hasta que perdía todo contenido, toda referencia a las cosas.”
Siempre sostuvo que el lenguaje era tan misterioso comoun milagro al ser “el lugar de lo humano, en él vivimos, nos movemos y somos”. Insistió sin darse tregua, en la importancia de las lenguas y peso de su pérdida: “Cuando desaparece una lengua, desaparece algo grande que es una visión del mundo distinta, propia” Ya no se trata del origen de las especies sino “del origen de las diferentes formas de ver el mundo”. De allí que insistiera mucho antes de que los indígenas nuestros se visibilizaran en las leyes, en la importancia de conocer sus lenguas como forma de autoconocimiento dadas las influencias europeas, africanas e indígenas en nuestro imaginario cultural.
Vino a menudo a estas tierras que sintieron sus ágiles pasos delliceísta y los lentos del anciano. 85 años intensos le llevaron desde muy joven por el mundo y por los libros: Caracas, París, Viena, Lomonosov y Granada,supieron de su interés por la pedagogía, la Civilización y la lengua francesa, la Filosofía, el devenir conceptual delMarxismo y la Teología de Liberación.
Mérida, de sus seminarios y cátedras en la ULA, donde la Filosofía, Mitología Clásica, Ciencia, Epistemología y Estudios latinoamericanos, le permitieron compartira José Manuel Briceño Guerrero/JonuelBrigue,su visión del mundo con los estudiantes formal o informalmente, a viva voz o desde la reflexión y ficción, recogida en más de 40 libros con las indagaciones acerca del autoconocimiento individualy colectivo, de quien afirmara en uno de sus poemas,que “Mis únicos tesoros/son el alma y la palabra”.