Para los familiares de las internas de la antigua Uribana pudo más la indignación que el miedo.
Esta determinación los llevó a denunciar, mes tras mes, los persistentes maltratos contra la población femenina. Nadie pudo silenciar su voz y algunas medidas se tomaron en beneficio de quienes están detenidas pero con sus derechos intactos.
Sin embargo, ayer, en llamada a la redacción del diario EL IMPULSO, señalaron que a la directora de Fénix la cambiaron al Anexo Femenino de Uribana y apenas llegó, impuso castigos.
A las siete de la mañana las obligan a practicar orden cerrado. Esto incluye a personas mayores y enfermas.
A quienes se niegan, les impiden recibir visitas.
Incluso las pusieron a comer en el piso y hasta les decomisaron ropa y comida que sus seres queridos les llevaron. No quieren volver a repetir capítulos dolorosos y esperan la intervención de la Defensoría del Pueblo o de las autoridades carcelarias.