El Deportivo Lara está en su mejor momento del semestre. Acumula cuatro partidos sin perder, con ocho puntos de doce posibles en esa ruta, y aparece a escasa diferencia del sexto lugar, el objetivo establecido por directiva y cuerpo técnico.
La victoria sobre Llaneros -el domingo anterior en el Metropolitano- permitió confirmar su mejoría. Parece haber encontrado su identidad, por lo que le resulta menos complicada la tarea de doblegar a sus rivales. Eso sí, no termina de desplegar ese fútbol vistoso que se espera de cualquier elenco que pise un rectángulo. Pero no hay dudas que luce mucho mejor que en aquellos juegos de la primera parte del torneo Apertura, en la que había abuso del pelotazo y alineaciones diferentes jornada tras jornada.
El cuarteto de ataque (Marlon Fernández, Edgar Pérez Greco, José Romo y Armando Maita) se entiende bien y tiene profundidad. La buena noticia es que a ese buen desempeño de mitad de cancha para adelante se le agregó la contundencia, con la producción de cuatro goles ante la débil defensa llanera. Era la oncena guanareña un rival para machacar -llegaba a Cabudare como uno de los cuadros de más goles recibidos- y así lo hizo el club rojinegro. Son ocho goles en los últimos tres partidos, señal clara de que las cosas arriba (mediocampo y ataque) marchan mucho mejor que semanas atrás. Ahora bien, la asignatura pendiente sigue siendo el tema defensivo. Dos anotaciones recibió el Lara de un Llaneros repleto de jóvenes y es un punto a discutir, especialmente porque fueron descuidos propios y no virtud del visitante.
En esta ocasión quedaron para la anécdota, porque los tres puntos borran cualquier despiste, pero es un aspecto del juego que debe mejorar, ahora que está por enfrentar a Portuguesa en Araure y al alicaído Táchira en Cabudare, dúo ante el que necesita la tarifa mínima de cuatro unidades.
No deja de ser paradójico que un noveno lugar -posición que ocupa el rojinegro en la tabla- genere una enorme cuota de satisfacción, pero es un club que tiene rato sin codearse con los primeros del certamen y la seguidilla de cuatro partidos sin perder -dos victorias e igual número de empates- es toda una novedad. Además, es un club que, según lo advirtió el propietario Ender Luzardo- no está hecho para pelear títulos, sino que para optar por un lugar dentro de los seis primeros. Así las cosas, está a escasos dos puntos de su meta.
Ahora se centra en el duelo del próximo domingo, una visita al Portuguesa que no deja de ser interesante y se plantea como una oportunidad para buscar algo más que el tradicional punto, ir por la victoria.
