Un adolescente de 13 años y otro de 17 fueron detenidos, un arma recuperada y un hecho esclarecido es el resultado de las investigaciones realizadas por el Eje de Homicidios.
Siempre la misma versión
Exactamente seis días tardaron los efectivos del cuerpo detectivesco, en darle respuesta a la muerte de un adolescente de 12 años, quien fue sacado del baño por su padre de la Escuela Técnica Comercial Carlos Gil Yépez, el miércoles 22 de este mes, presentando una herida en el pómulo izquierdo, con salida en la occipital.
El jovencito murió en la emergencia del Hospital Central Antonio María Pineda y de inmediato funcionarios del Eje de Homicidios activaron sus averiguaciones.
Tras escuchar algunas versiones, se llevaron al despacho alrededor de quince personas entre alumnos y profesores, a quienes tomaron declaración por lo sucedido.
De allí fueron descartando, hasta que se quedaron con un grupo de al menos cinco muchachos y posteriormente dieron con un compañero de 13 años, quien era amigo de la víctima desde la infancia e incluso habían estudiado juntos en la escuela y sería la última persona que lo vio con vida.
El jovencito relató ante los funcionarios con mucha seguridad, que su amigo había entrado solo al baño, esta versión fue dada en dos ocasiones por el jovencito y la mantuvo con tanta firmeza, que hasta los investigadores por un momento llegaron a pensar que se trataba de un suicidio.
Los sabuesos analizaron la trayectoria balística y observaron que no podría ser un suicidio por el lugar en donde tenía la herida y hacia donde impactó el proyectil. La hipótesis que manejaban es que la víctima fatal manipulaba el arma de fuego y quizás se le accionó de forma accidental. Al jovencito se le practicó el Análisis de Traza de Disparos (ATD), que sería la prueba que indicaría si el niño de 12 años habría disparado.
Tuvo que confesar
El comisario Juan Carmona, jefe del Cicpc Lara, indica que en horas de la tarde de este miércoles recibió una llamada del Laboratorio de Criminalística del Cicpc de Caracas y le indicaron que el ATD de la víctima dio negativo.
Dicho resultado hizo que los sabuesos llamaran al adolescente de 13 años, para entrevistarlo nuevamente, allí fue cuando confesó lo sucedido, explicó Carmona.
El joven manifestó que un estudiante de cuarto año le entregó el arma de fuego para ingresarla a la institución, porque el vigilante ya lo tenía visualizado, sabía que siempre andaba armado y por ello le habían prohibido el paso al liceo. El adolescente de 13 años se la guardó y una vez dentro del liceo llamó a su amiguito de 12 años, se fueron hacia el baño y le mostró el arma.
En medio de la manipulación del revólver se le fue el disparo. Sin embargo el adolescente de 13 años, al ver que su compañero cayó herido, ocultó el arma entre su vestimenta y se salió del baño, pero allí dejó dos de sus libretas, que fue con lo que los investigadores pudieron vincularlo como la última persona que estuvo con la víctima.
El arma estaba enterrada
En vista de la confesión, el adolescente quedó detenido en el Eje de Homicidios, pero se estableció quién era el dueño del arma.
Una comisión del cuerpo detectivesco acudió al sector Pata e` Gallina, de El Jebe, al norte de la ciudad.
¿Sabes por qué estamos aquí?, le preguntaron los funcionarios al adolescente de 17 años cuando abrió la puerta. ¿Quiénes son ustedes?, respondió el joven. “Somos del Cicpc homicidios, venimos por el arma que utilizaron para matar al estudiante”, explicaron los sabuesos.
El joven de 17 años los hizo pasar a la casa en la que reside con un tío y los llevó hasta la parte de atrás de la vivienda. Los efectivos tuvieron que cavar y sacar un tobo blanco, en el cual se encontraba el arma escondida. La tenía enterrada para ocultarla de la vista de sus padres.
El joven fue detenido por la posesión y ocultamiento del arma, un revólver calibre 38, que se encuentra solicitado por la División de Robo del Cicpc Caracas, desde el 2010.
El día del crimen al final del baño fue colectado un proyectil, el que le causó la muerte a la víctima y al obtener el revólver fue comparado con el colectado y el mismo coincidió, siendo esta el arma utilizada para cometer el homicidio; de la misma forma fue colectado el uniforme del adolescente de 13 años, al cual se le practicarán pruebas para determinar si existe presencia de pólvora en la vestimenta del joven, afianzando así las pruebas que serán presentadas por el Ministerio Público.
Ambos adolescentes fueron puestos a la orden de la Fiscalía 20, que lleva el caso.
Conmoción en la comunidad
Tres desgracias fue lo que trajo este caso, una familia destruida por la muerte del estudiante de 12 años y otras dos afectadas por la aprehensión de sus seres queridos, involucrados en este hecho, indicó el comisario Juan Carmona, jefe del Cicpc Lara.
El jefe policial explica que la muerte del jovencito dentro de la institución educativa trajo un gran dolor en la comunidad. “El llamado es para los padres y representantes para que observen a sus hijos, además que tomen conciencia de que un niño no puede tener armas en sus manos, pues desconocen la manipulación de la misma y esto trae como consecuencia este tipo de hechos, que son lamentables”, destacó el comisario.
Destapan la olla
El liceo Carlos Gil Yépez siempre ha tenido problemas, algunos estudiantes se han visto envueltos en problemas e inclusive desde los cuerpos de seguridad han informado que estudiantes de allí han sido detenidos por verse involucrados en homicidios, por tenencia de droga, entre otros hechos.
Lo cierto es que el que se cometiera un hecho sangriento dentro de la institución deja ver cómo se ha perdido el control dentro de la misma. Un profesor que no quiso identificarse por temor, indica que en dicha institución existe negociación de estupefacientes y sustancias psicotrópicas y hasta la prostitución, además muchos de los actos ilícitos son cometidos frente a los directivos y allí no se hacen correctivos.
Cabe destacar que el crimen fue cometido en el baño principal de la institución, ubicado en la entrada a simple vista de oficinas administrativas y de salones de clase.
Ven con buenos ojos las reuniones y mesas de trabajo que se están haciendo para rescatar el plantel educativo.