Religiosamente, todos los días, a las 6 de la mañana, Juan Ramón Colmenárez, salía de su vivienda ubicada en el caserío Cerro Pando, de la parroquia Pío Tamayo, del municipio Andrés Eloy Blanco.
El señor de 46 años de edad, acostumbraba llevar habitantes de la zona en su camioneta Toyota F2 beige, para los caseríos adyacentes. El día de ayer no fue la excepción.
Colmenárez salió hacia Sanare con su cuñada. Ella se montó en el medio de la camioneta, del lado de la puerta estaban sus dos hijos de 11 y 10 años, en la parte de atrás de la camioneta iba una vecina, junto a sus dos sobrinas de 16 y 14 años, a quienes dejaría en el liceo de La Cruz, mientras el resto seguían hasta el pueblo.
Un kilómetro tenían de recorrido, cuando tres sujetos salieron por el lado derecho, un cuarto hombre se posicionó por el izquierdo, justo por el lado del conductor. Los maleantes, al percatarse que iban personas atrás, gritaron que no se bajaran.
Hasta ahora los testigos desconocen si fue que el agricultor no se dio cuenta de la presencia de los maleantes, porque comenta que todo fue muy rápido. El agricultor llevaba los vidrios del vehículo arriba, se escuchó el tiro y cayó sobre el volante. Allí los hampones abrieron las puertas de la camioneta, sacaron a Colmenárez y lo tiraron hacia un lado de la vía, a sus acompañantes le indicaban que caminaran y ni miraran hacia atrás.
Otro testigo, quien en el momento que se cometía la acción delictiva venía en moto, relató que los cuatro sujetos estaban encapuchados y que vestían ropas oscuras. Uno de ellos hizo el intento de seguirlo, pero retrocedió y no pudo alcanzarlo.
Sin auxilio
Una vez que los hampones sacaron a “Ramoncito”, como llamaban de cariño al agricultor, se montaron y escaparon en la camioneta. Las mujeres al ver que los delincuentes se alejaban se devolvieron para ver qué pasaba y se percataron que Colmenárez estaba herido de bala, pues el proyectil atravesó el vidrio e impactó en la parte izquierda de su cuello.
El cuerpo de “Ramoncito” quedó tendido boca abajo en plena vía, por lo intrincado de la zona y el poco flujo vehicular, no hubo manera de auxiliar al hombre, quien murió casi de forma instantánea.
Lloran su partida
Adilia González, con sus ojos llenos de lágrimas, contaba que su esposo era una persona trabajadora, que no tenía vicios y ni enemigos. Comenta que deja cuatro hijos huérfanos, uno de ellos de apenas 12 años de edad.
González explicó que a los habitantes del caserío Cerro Panda los están desalojando como parte de las obras de la empresa Sistema Hidráulico Yacambú-Quíbor y le pagan sus tierras. De 84 familias que estaban en esa zona, ya solo quedan cuatro.
“Ramoncito” estaba entre los desalojados y le habían efectuado un pago de 400 mil bolívares, con el cual adquirió una finca en el caserío Caspo, lugar en donde se encontraba su familia, aunque él se quedaba en la antigua morada porque no había realizado la mudanza completa.
Zona insegura
El prefecto de Sanare, Isidro Piña, mostró su preocupación por la situación de inseguridad que se está acrecentando en el lugar, manifiesta que tiene información sobre la presencia en el municipio de maleantes recién salidos de la cárcel, que son de la zona y otros que simplemente van a molestar en el lugar.
Piña informó que el miércoles 7 de marzo, Natividad Colmenárez (53) hermano de la víctima fatal fue herido de bala en el abdomen y la región occipital izquierda. El hecho se cometió en plena plaza de Sanare, justo en el momento que salía de una entidad financiera, porque acababa de retirar la suma de 11 mil bolívares fuertes. En el momento la familia Colmenárez sólo paso un gran susto con Natividad, quien fue dado de alta porque estaba estable, pero el día de ayer la tragedia los embargó.
Una camioneta los dejó
Una de las tantas cosas que se conoció es que los 4 delincuentes fueron dejados por una Toyota Samurai blanca, aparentemente sabían que la víctima pasaba todos los días por ese camino. Trascendió que este vehículo se aparcó en el sector El Placer, hasta que la camioneta de “Ramoncito” pasó por el lugar y posteriormente agarraron hacia la vía de San Antonio de Guache. Sabuesos de Barquisimeto, hicieron el respectivo levantamiento del cadáver. Manejan como móvil del crimen la resistencia al robo.
Fotos: Ángel Zambrano
