A la altura del kilómetro 32 de la carretera vieja hacia Carora, entre el caserío Salón Guindao y la población de Caballo Muerto, fue hallado ayer el cadáver de un hombre con una herida de arma de fuego en la cabeza dentro de un vehículo estacionado a un lado de la vía en sentido Pavia-Carora.
El occiso respondía al nombre de Juan Evangelito Peña, tenía 61 años y residía en el sector La Gallera en Pavia. Al parecer fue interceptado, por motivos que aún se desconocen, en algún instante después de las 7:00 a.m. de este viernes, hora en la que algunos de sus familiares no imaginaban que sería la última vez que le verían.
Alrededor de las 9:00 a.m., la Policía Estadal del municipio Andrés Eloy Blanco recibió una llamada telefónica anónima para reportar el hallazgo, por lo que los funcionarios se dirigieron al sitio señalado junto con el comandante de este cuerpo de seguridad en Pavia, donde descubrieron a la infortunada víctima tendida en el piso de la parte posterior de su vehículo, una camioneta Chevrolet color plomo modelo Avalanche, placa 71TUAB. En el lugar ya estaban presentes habitantes del sector aguardando la llegada de los efectivos. Ellos ya sospechaban que se podía tratar de Juan Evangelito Peña, debido a las características de la camioneta.
Posteriormente, Juan José Peña, hermano del ultimado, se acercó al sitio para identificarlo y confirmó que efectivamente se trataba de su familiar.
Por otra parte, dio a conocer que “Lito”, como le apodaban familiares y amigos, se dirigía al poblado de Tapa de Piedra a recoger a uno de sus hijos, para luego ir a El Tocuyo a realizar la compra de unos gallos, ya que era dueño de una gallera en las cercanías de Pavia. Sin embargo, nunca llegó a casa de su hijo.
Asimismo, Blanca Figueredo, quien había pasado por el sitio donde se encontraba la camioneta horas antes, fue notificada, al llegar a Pavia, que el cuerpo hallado dentro de ese vehículo podía ser el de su excuñado, razón por la cual decidió regresar al lugar.
Relató Figueredo, que “Lito” también era dueño de una pequeña finca en Moroturo y en otra época había trabajado en el llenadero de Pavia. “Todo el mundo lo conocía en el pueblo. Era muy buena personas y le vendía agua, arena y otros materiales a los residentes de la zona, ya que tenía un camión tipo volteo. Era un hombre muy trabajador”, afirmó.
La víctima tenía 2 hijas y 4 hijos, y se había divorciado hacía varios años, pero aún mantenía estrecho contacto con toda su familia tanto en Pavia como en Tapa de Piedra.
Funcionarios del Cicpc también se presentaron en el lugar del crimen después de las 2:00 p.m. para tomar las declaraciones correspondientes de parientes y conocidos, efectuar el levantamiento del cuerpo, trasladarlo finalmente a la morgue del Hospital Central Antonio María Pineda, así como recolectar la evidencia necesaria para iniciar las investigaciones pertinentes al caso.
Los familiares y allegados que se agolparon en el lugar se mostraron fuertemente afectados por lo violento y repentino del hecho.
Fotos: Edickson Durán