He leído, procurando reflexionarlo a conciencia, el documento Mensaje del Sínodo Extraordinario de los Obispos sobre la Familia. Este documento es producto de las deliberaciones de dos semanas en el Aula Pablo VI de El Vaticano, de los obispos convocados por el Papa Francisco para preparar el Sínodo sobre la Familia que se llevará a cabo en 2015. De tal manera que es un documento preliminar, una declaración de principios o una ratificación de principios, bellamente expuesta y perfectamente coherente con lo que ha sido la doctrina de la Iglesia sobre la familia.
El Santo Padre Francisco logró una absoluta libertad para que los padres sinodales se sintieran en confianza de exponer sus ideas. La prensa mundial ha puesto de relieve diferentes posiciones y hasta desencuentros entre los obispos. El Sínodo no tomódecisiones de ninguna naturaleza, porque como hemos señalado, fue una asamblea más para la exposición de ideas que para tomar decisiones. En 2015 sí habrá decisiones y al final el Papa Francisco, como ocurre después de cada Sínodo, publicará una Exhortación Post sinodal, con las recomendaciones a ser vividas por quienes se encargan de conducir sus ovejas dentro del buen redil y también para cada familia en particular.
El documento del sínodo extraordinario comienza manifestando a las innumerables familias cristianas repartidas por el mundo entero, su “admiración y gratitud por el testimonio cotidiano que ofrecen a la Iglesia y al mundo con su fidelidad, su fe, su esperanza y su amor.” El documento manifiesta la necesidad de “oír la voz de tantas experiencias familiares, que es a veces un sendero de montañas, con cansancios y caídas, donde siempre está la presencia y la compañía de Dios.” Después enumera la gran cantidad de desafíos y problemas que hoy debe enfrentar la familia y en particular la familia cristiana para terminar pidiéndole a Dios que “regale a todas las familias la presencia de esposos fuertes y sabios, que sean manantial de una familia libre y unida”. Recomiendo la lectura de este importante y hermoso documento, el cual fue aprobado por unanimidad.
Se ha destacado que hubo entre los obispos, posiciones enfrentadas en dos temas en particular: el acceso al sacramento de la Eucaristía de divorciados casados en nuevomatrimonio civil y el tratamiento a los homosexuales. Parece que fue así. El Papa Francisco ha hecho mucho énfasis en la misericordia y el perdón. Pero el Papa Francisco no ha hecho otra cosa que manifestar la doctrina de siempre de la Iglesia. En el caso de los homosexuales, el número 2357 del Catecismo de la Iglesia es muy claro. Las relaciones homosexuales son actos“intrínsecamente desordenados”, lo cual no impide la ayuda, el perdón y la asistencia a quienes estén dispuestos a buscar a Dios sinceramente. Y en el caso de los divorciados, la Iglesia ha querido, y lo está haciendo, aligerar las anulaciones de matrimonios contraídos a la ligera y sin conciencia, es decir, matrimonios que nunca existieron. Y el acceso al sacramento de la Eucaristía de quienes están divorciados y vueltos a casar, la variedad de situaciones es tan grande que la Iglesia estudiará cada situación para decidir.