“Es urgente, hay que llevarlo a una clínica para hacerle una tomografía… aquí no hay tomógrafo”, gritaban los médicos la mañana del viernes 17 de octubre en el Hospital Central Antonio María Pineda (Hcamp), cuando recibieron a un funcionario policial que había sido herido por un proyectil disparado por un arma de fuego, al norte de Barquisimeto.
Al momento de la urgencia no habían ambulancias disponibles en el centro asistencial más importante de la ciudad. Pero, gracias a un convenio con una clínica privada se prestó el servicio en vista a que la víctima era un policía, sin embargo, no todas las personas corren con la misma suerte.
El Hcamp, uno de los pocos universitarios existentes en el país, no tiene a la disposición de la ciudadanía ni siquiera una ambulancia para el traslado de los pacientes. Hace meses recibió una colaboración del Instituto Municipal de Desarrollo Social (Imdes), pero son pocas las veces que se observa en el lugar. No está las 24 horas del día, como debería ser.
La falta de equipos médicos,, cada día es más evidente. Algunos de ellos, por la gran cantidad de años de uso, están obsoletos, mientras que otros, por algún desperfecto mecánico, o carencia de respuestos, están paralizados.
Lo cierto es que todo esto, hace que a pesar de las emergencias, en muchas ocasiones no se pueden ejecutar los exámenes necesarios para determinar un diagnóstico y los enfermos deben ser trasladados hasta un centro clínico privado para efectuarlos. Pero por la ausencia de ambulancias, el paciente debe alquilarla.
“El primer paso es contactarla y la verdad es que en mi caso no conocía a nadie. Afuera de la Emergencia me dieron un número y el problema fue que los cauchos estaban en mal estado, por lo tanto no pudo prestar el servicio. Después conseguí otra y el precio no podía costearlo, pues me cobraba 1.500 bolívares, porque la distancia era corta. Tuve una disyuntiva, o pagaba el traslado o le hacía el examen a mi hermano”, narró José Luis Linares, quien llegó desde Portuguesa.
Las tarifas varían de acuerdo a la distancias entre el Hcamp y los otros centros asistenciales de la ciudad, de igual manera influye la gravedad del paciente. Hay instituciones como el Servicio de Emergencias Lara 911, la Policía Municipal de Iribarren o el Imdes que prestan el apoyo, aunque no siempre tienen disponibilidad por la cantidad de casos.
La suerte por un examen
Sin reactivos están los laboratorios. El Hcamp cuenta con todas las especialidades pero no con todos los reactivos para hacer los estudios médicos necesarios que indican los galenos tratantes.
Es común ver a los familiares de los enfermos caminando de un lado para otro con un tubo de ensayo para conseguir a una enfermera o bioanalista que pase por la cama de su allegado y le saque la sangre para llevarla al laboratorio del lugar. Ante la premura de los casos, un laboratorio privado cercano, se convierte en la opción más factible.
“A mi hermano le han dado las 11:00 de la mañana y está en ayuna esperando que alguien le haga los exámenes que le mandaron. No hay coordinación en nada ”, expresó Linares.
El hombre se pregunta si los derechos humanos existen. “Vemos como hasta en las cárceles lo reclaman pero aquí, donde hay gente buena y necesitada sólo se negocia con los médicos. Prácticamente juegan con la salud de nosotros”, reclama José Luis Linares afligido, pues el estado de salud de su hermano mayor está en peligro.
Ellos son oriundos de Portuguesa y así como muchas las familias de otros estados vecinos, deben alquilar una residencia para abaratar costos, como hicieron los Monsalve que llegaron desde hace más de un mes provenientes de Cojedes.
Ascensores en mal estado
Algunos de los ascensores del centro de salud se encuentran en mal estado. En un breve recorrido por las instalaciones del Hcamp se constató no sólo que no funcionan todos sino que fuera de ellos acumulan la basura.
Sin récipes médicos
La falta de papel -al parecer- no sólo ha afectado a los medios de comunicación sino también a los médicos, quienes en la Emergencia del principal centro de salud de centroccidente, dicen o dan sus indicaciones de manera verbal, pues de no ser un antibiótico, no escriben los récipes.
Mientras que en otros casos, generalmente en hospitalización, los galenos firman las recetas por detrás de lo que en algún momento fueron publicidades de eventos de raspa canillas.
