Entre Quíbor y Sanare Víctor José Peralta ofrece sus dulces criollos, hechos a leña, y con el mismo esmero y dedicación con que su madre le enseñó.
Aferrado a la Virgen de Altagracia, este hombre sencillo, abogado de la paz, ofrece en la Plaza Bolivar de Quíbor, dulces de melocotón, toronja, higo, de leche y tortas de auyama y jojoto, deliciosos manjares.
Cuenta que se trata de un pequeño proyecto familiar que ha desarrollado con el propósito de rescatar la dulcería criolla, deliciosa y provocativa. Para mayor información búsquelo en Facebook o escríbale al correo [email protected].