El barrio Maximino Rojas, del municipio Palavecino, está olvidado por el gobierno municipal. No tienen clocas, ni agua suficiente para sus humildes vecinos. Los pocos aspectos positivos, vienen de los hombres y mujeres, con compromiso social dentro de la comunidad.
Las fallas en la recolección de basura, es la principal necesidad de los residentes. Si bien sobrellevan la probreza en la cual viven, al menos, desean afrontarla libres de la insalubridad. Montones de desperdicios se observan en varios puntos del vecindario a causa de la ausencia de los compactadores.
La Casa de Alimentación, con atención para cien personas, aproximadamente, sufre con la situación irregular del servicio. El Instituto del Aseo Urbano de Palavecino conoce del problema pero no lo corrigen. De allí que exista tanta molestia entre los moradores.
Eduar Linárez, vecino, declaró que deben pagar camiones particulares para sacar todos los desperdicios de la casa donde ofrecen comida gratuita a las personas de la tercera edad y enfermos del sector. Tienen cuatro meses que no recogen la basura, dijo, lamentando el estado de abandono por parte del sector oficial.
“Aquí se acumulan muchos desechos debido al trabajo constante de la cocina. Ni siquiera por tratarse de una Casa de Alimentación, promovida por el Gobierno nacional, hacen un esfuerzo en venir a recoger los desperdicios. Sacamos dinero de nuestros bolsillos, para pagar el flete de los camiones que botan los residuos”.
Asimismo, señalan las complicaciones con el servicio de agua. Una toma pública por calle, es lo único que tienen y resulta insuficiente para todas las familias. Sólo de noche reciben el vital líquido y en poca cantidad.
De este modo, solicitan que la hidrológica supervise el suministro en la comunidad y así puedan evitarse molestias mayores, sobre todo, considerando lo indispensable que resulta el mineral para la supervivencia humana y también para cumplir con los quehaceres del hogar.
“El agua llega en la noche; además que no alcanza para todos los vecinos. Solicitamos la atención de Hidrolara a fin de que aumente el bombeo hacia la zona y termine la pesadilla de padecer trasnochos para llenar una o dos pipas (recipientes)”, sostuvo la vecina Noris Álvarez.
Por último, solicitan patrullajes en la barriada y sectores vecinos, ya que recientemente asesinaron a una de las vecinas, justo en la entrada de la comunidad. Todavía lamentan la pérdida de la señora y la recuerdan como una excelente persona.
Un puesto de control permanente de la Policía de Lara o la Guardia Nacional, proponen los residentes de la humilde barriada ubicada en la intercomunal Barquisimeto- Acarigua.
Fotos: Dedwison Álvarez