Gobierno fue advertido de lo que pasaría en Yacambú

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“Lo que está ocurriendo en el túnel de trasvase del Sistema Hidráulico Yacambú no debe sorprender al Gobierno pues ya se había advertido lo que podría ocurrir si no se tomaban previsiones, concretamente darle mantenimiento “.

Así lo expresó el diputado a la Asamblea Nacional, Guillermo Palacios, en compañía de los dirigentes regionales, Macario González y Lorenzo Monasterios, de la MUD y Nuevo Tiempo, respectivamente.

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Palacios ha venido denunciando las irregularidades que, presuntamente, ocurren en tan importante obra hidráulica de la que depende el estado Lara para garantizarle agua a ciudades y al Valle de Quíbor.

El jueves informó sobre los nuevos derrumbes ocurridos en el túnel de trasvase, en la zona del portal de entrada.

Este viernes reveló una comunicación que el 8 de agosto de 2013 el ingeniero Jorge González, presidente de la empresa Enmohca, envió al del Sistema Hidráulico Yacambú Quíbor, ingeniero Landys Navarro, notificándole no poder seguir cumpliendo con el contrato suscrito entre ambos entes.

En el primer punto de la comunicación se lee: “La falta de disponibilidad financiera y presupuestaria que ha manifestado el SHYQ reiteradamente, empresa que usted representa, lo cual hace imposible que Enmohca asuma esas responsabilidades con los trabajadores, así como maquinarias, equipos y trabajadores con sus correspondientes implementos de seguridad; ello tendría como consecuencia un trabajo inseguro desde el punto de vista de acarrearle a los trabajadores accidentes y enfemedades laborales, y también, respecto a los bienes, el deterioro de maquinarias y equipos propiedad del Estado venezolano, lo cual ocasionaría graves daños al patrimonio público”.

En otro aparte de la comunicación, González señala: “Ante esta situación, y considerando la fuerza de los argumentos para la suspensión de actividades de mantenimiento y servicios en el túnel de trasvase, antes descritas, resulta preciso reiterar que la falta de mantenimiento y servicios, ocasionaría un deterioro grave a la infraestructura del túnel”.

Luego pasa a describir que la falta de mantenimiento al sistema de bombeo provocaría inundaciones en el túnel y deformaciones en el mismo “que podrían conducir hasta el colapso, así como contaminación bacteriana, muy difícil de corregir.

Con respecto al sistema eléctrico, por falta de mantenimiento el mismo se podría paralizar”.

González enfatiza en su comunicación que la falta de mantenimiento del sistema de inyección de aire comprimido paralizaría el bombeo neumático y en el sistema de carrileras dejaría una acumulación de lodo que “haría imposible la transitabilidad por la vía férrea, e incluso taparlas.

En el punto B del informe se lee: “La falta de mantenimiento del sistema eléctrico ocasionaría la paralización del sistema de bombeo con las consecuencias descritas anteriormente, además de contaminación en los tanques de gasoil de las plantas generadoras de electricidad ubicadas en los frentes de portal de entrada y ventana inclinada, los cuales se tendrían que someter a procesos de lavado. Por su magnitud, acarrearía pérdida de tiempo y costo incalculable al proyecto.

También la suspensión del servicio contratado a Corpoelec, el cual podría asignar a otras necesidades la carga utilizada y perder el derecho en el tiempo. Al suspender el servicio eléctrico se paralizaría el sistema de extracción y/o ventilación del túnel con las consecuencias de deterioro de todos los equipos eléctrico-mecánicos existentes dentro del túnel, y acarreando serias consecuencias a la salud a cualquier trabajador que ingrese al túnel, ya que le dificultaría la respiración, se contaminaría con el desarrollo de bacterias y deshidratación.

Finalmente, la falta de operación de las plantas eléctricas ocasionaría perturbaciones serias a otras empresas asociadas al proyecto con Sistema Hidráulico Yacambú Quíbor.

Palacios reiteró que el túnel lleva tiempo inundado, ocho ventiladores no funcionan y solicitó, una vez más, al Gobierno Nacional, permita una visita de parlamentarios y técnicos a la obra porque hasta ahora sólo ha tratado de esconder la realidad.

“Esta es una obra de importancia capital para las ciudades, así como el Valle de Quíbor, por la producción agrícola que generará, pero parte de los recursos asignados han sido utilizados en campañas electorales a favor del PSUV o han desaparecido en la corrupción”.

Pidió públicamente al Gobierno nacional intervenir la empresa Sistema Hidráulico Yacambú-Quíbor.
“Esa obra no está paralizada por falta de recursos sino por la corrupción”, afirmó.

Sobre la magnitud del derrumbe del jueves dijo no tener más información pues los pocos trabajadores que aún acuden al túnel son amenazados, pero se enteró de la pérdida de maquinarias y de un lote de camiones no aptos para la zona por disponer de trasmisiones sencillas.

Por otra parte, dijo que la disposición de los recursos hasta ahora invertidos en Yacambú la han manejado empresas de un mismo grupo, como Enmohca y ahora DECA, que, aparentemente, asumirá los compromisos de la anterior, que habría fracasado en lo que se le encomendó de la obra.

Palacios espera recabar nuevos detalles de lo que califica una gigantesca corrupción cuya investigación debe llegar también a la Asamblea Nacional.

Obras complementarias

El proyecto Yacambú Quíbor busca entre sus objetivos proteger y conservar los recursos naturales de las cuencas del río Yacambú y sus quebradas, Turas, Urupe, Negra, El Chorro, La Concha y Honda, ubicadas en un área de 46.900 hectáreas.

También el componente de Desarrollo productivo sustentable en el Valle de Quíbor, referido a la construcción de un sistema de riego y actividades para el desarrollo agrícola.

Para la agricultura en el valle quiboreño se estima una asignación de 10.158 litros por segundo y para Barquisimeto 2.778, de acuerdo a informes del Ministerio del Ambiente.

Con respecto a la cantidad de hectáreas a ser cultivadas gracias al agua del sistema, serían unas 39 mil al año, generando 32 mil empleos directos.

El proyecto prevé obras para llevar el agua de la presa, ya tratada, al acueducto que sirve a Barquisimeto.

Es de destacar que en la zona donde se lleva a cabo la obra llueven más de 2.000 milímetros al año, lo que no ocurre en el Valle de Quíbor donde las lluvias son menores y los acuíferos han sufrido un agotamiento progresivo que ha obligado a muchos agricultores a emigrar a otras zonas del país.

 

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