La estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) tendrá que reservar entre 4.000 y 7.000 millones de dólares al año hasta el 2017 para pagar los pesados compromisos que ha adquirido tras un lustro de veloz endeudamiento, lo que la llevaría a refinanciarse en medio del letargo de los precios del crudo.
La petrolera ha recurrido a la emisión de bonos denominados en dólares para financiar gasto corriente y también contrajo varios préstamos privados en los últimos años, mientras sus transferencias de dinero al gobierno socialista de Hugo Chávez se multiplican y su producción de crudo se estanca.
«El Gobierno utiliza a PDVSA para ejecutar gasto público y por eso su flujo de caja está todo el tiempo bajo presión. PDVSA tendrá que seguir emitiendo bonos de deuda y refinanciándose, esta vez para pagar amortizaciones y vencimientos de títulos», dijo Boris Segura, de la firma Nomura en Nueva York.
Analistas han advertido sobre la acumulación de vencimientos de deuda que tiene PDVSA para los próximos cinco años, que se suman a los miles de millones de dólares que desembolsa la petrolera en servicios de deuda tras haber acordado tasas de hasta 12,75 por ciento al colocar sus bonos.
Aún con precios al alza como ocurrió hasta el segundo trimestre, la estatal ha hecho maromas para sostener la pesada carga que representa su deuda, sin sacrificar su partida para operaciones ni reducir los aportes que alimentan la mitad del presupuesto público y los insignes planes sociales del Gobierno.
Pero los analistas advierten que si los precios siguen estancados o retroceden, la poca holgura que hay en las finanzas de la empresa desaparecería, obligándola a refinanciarse más activamente a través de canjes de bonos y emisiones de títulos con maduración a largo plazo.
Nomura prevé que PDVSA emitirá unos 3.000 millones de dólares en el tercer trimestre, tras colocar en mayo otros 3.000 millones de dólares en notas con cupón de 9,75 por ciento.
La firma local Econométrica estima, por su parte, que la estatal tendrá que reordenar su perfil de deuda, convocando canjes de títulos en circulación o postergando su vencimiento.
La compañía, que aporta el 95 por ciento de los dólares que alimentan la economía venezolana, multiplicó por 12 su deuda en los últimos seis años hasta 34.892 millones de dólares, al mismo ritmo al que incrementó sus transferencias al Estado para llegar a unos 50.000 millones de dólares en 2011.
Además de colocar bonos en manos de la banca pública este año, PDVSA amarró un crédito de 1.000 millones de dólares con un grupo de bancos japoneses y acordó las condiciones de un crédito por 2.000 millones de dólares, que recibirá próximamente de las manos de la estadounidense Chevron.
El ministro de Energía, Rafael Ramírez, ha reiterado, sin embargo, que PDVSA aún tiene espacio para seguir tomando deuda tanto directamente como fungiendo de garante de millonarios créditos contraídos por el Estado con firmas chinas.
DEVALUACION: ¿REMEDIO O ENFERMEDAD?
Tras años de endeudamiento sin freno, Venezuela deberá destinar en el próximo lustro entre un 12 y un 22 por ciento de su ingreso por exportación al pago de la deuda pública en divisas, que suma unos 122.000 millones de dólares en total, incluyendo al Estado y a PDVSA, según cálculos de Econométrica.
El Banco Central flexibilizó este mes el convenio que se utiliza para administrar un control de cambio vigente desde el 2003, brindándole una bocanada de aire fresco a la petrolera, al permitirle vender una porción de los dólares que recibe a un tipo de cambio superior al oficial.
Sin embargo, analistas coinciden en que el alivio, que le permitiría a PDVSA amortizar parte de su deuda con proveedores, será apenas temporal. Creen que la solución real a buena parte de sus problemas de caja es devaluar la moneda, un recurso con alto costo político que activaría presiones inflacionarias.
«No se espera un crecimiento de los precios petroleros para 2012. Por ello se necesita una devaluación para aliviar realmente a la empresa. Mientras, la compañía tendrá que seguir recurriendo a créditos con China o Japón», añadió Segura.
China le ha prestado unos 32.000 millones de dólares al gobierno de Chávez en los últimos años, que son pagados con petróleo, mientras firmas japonesas han estado financiando los planes de modernización del parque refinador local.
Economistas calculan que el dólar debería cotizar en torno a los 7 bolívares para mantener el flujo de las cuentas públicas y PDVSA, bastante por encima de los 4,3 bolívares actuales.
En la medida en que el Gobierno evita ajustar el tipo de cambio de cara a las elecciones en las que Chávez se enfrentará al candidato de la oposición, Henrique Capriles, las finanzas de la estatal se oprimen, sus deudas con proveedores crecen y comienzan a ralentizarse sus proyectos medulares.
Al cierre del 2011, la producción de crudo de PDVSA y sus empresas mixtas apenas recuperó parte de la caída acumulada hasta el 2010, en medio de un crecimiento récord de cuentas por pagar a sus suplidores de bienes y servicios.
Aunque el mercado no espera un incumplimiento en los pagos de PDVSA, sí prevé varios escenarios en que la estatal tendría que elegir entre sostener sus aportes al Estado o invertir lo suficiente para garantizar un alza en su producción de crudo, uno de sus principales objetivos estratégicos.
«2013 será un año difícil. PDVSA tiene vencimientos importantes a partir de ese año. Si los precios caen, será aun más complicado», dijo Francisco Ibarra, socio de Econométrica.