Habitantes de dos sectores del noroeste de la ciudad, La Pradera y El Carmen, de la parroquia Unión protestaron por más de diez horas el día de ayer, porque no soportan vivir entre las aguas residuales que emergen de tres puntos de cloacas o bocas de visita.
Desde hace un mes, las familias de ambas comunidades ven cómo este foco de contaminación ha deteriorado su salud, por cuanto niños, jóvenes y adultos padecen enfermedades en la piel, dolores de cabeza y afecciones respiratorias. Comer es un calvario, pese a que las moscas, zancudos y roedores invadieron la zona. Los manifestantes quieren que mejore su calidad de vida, por lo tanto exigen a Hidrolara soluciones inmediatas, de lo contrario van a intensificar la agenda de protestas esta semana. “Queremos que envíen una cuadrilla para que repare los daños, también los botes de agua blanca”, dijeron los vecinos.