EL IMPULSO presente

Con tristeza me despedí de EL IMPULSO. Al principio no creía la noticia, pero me rendí ante la evidencia cuando pregunté si era verdad que hasta el domingo 14 circularía el querido rotativo.
El apreciado amigo José Angel Ocanto, Jefe de redacción del diario, me confirmó la noticia. No tenemos papel, no podemos seguir, me dijo. Doy fe que la gente en la calle no aceptaba esa triste realidad. Lo confirmó Ramón Guillermo Aveledo, con sus hermosas palabras al recibir la Orden (Primera Clase) Juan Guillermo Iribarren: “Quién se imagina a Barquisimeto sin sus crepúsculos, sin EL IMPULSO, sin la Divina Pastora y sin sus Cardenales.” Nadie se lo imagina. Nací acá y desde que nací, Barquisimeto siempre me mostró a la Divina Pastora, a sus crepúsculos, a EL IMPULSO y más recientemente al Cardenales de Lara.
Supongo que el gobierno sabrá lo que significan esos iconos de la ciudad para un barquisimetano. Esos íconos van indisolublemente unidos a la ciudad, son la ciudad. Si hay un barquisimetano en el gobierno, debe querer todo lo que es barquisimetano. Supongo que a ninguno le pasarálo que al gobernador de Portuguesa,que se metió nada más y nada menos que con nuestra amada Divina Pastora. Que sujeto tan desubicado, venir a Barquisimeto a dar un discurso ofendiendo a la Virgen  y el día del cumpleaños de la ciudad.
Todos esossímbolos son una realidad palpable, constituyen Barquisimeto, pueden cambiar lo que se les ocurra, pero eso no lo pueden cambiar. Hoy me alegra que EL IMPULSO continúe presente. Se le dio la oportunidad de adquirir papel por unas dos semanas más, aunque todos esperamos que venga la solución definitiva, la historia de un pueblo no puede cambiarse por el capricho de un gobierno que por esencia es temporal, aunque dure mucho, pero siempre es temporal, mientras la vida de los pueblos es indefinida, permanente.
Además dela perplejidad producida por el anuncio de que EL IMPULSO no circularía a partir del14 de este mes, felizmente superado, la ciudad ha vivido otro acontecimiento que la conmueve, como es lalamentable detención arbitraria de personas, estudiantes o no, por ejercer el derecho constitucional de protestar. He sido testigo muy de cerca de la detenciónde personas inocentes, verdaderamente inocentes, que ni siquiera estaban manifestando y lo que es más grave, que fueron sacadas de sus residencias a la fuerza, arrastrándolas sin haber hecho absolutamente nada y sin orden judicial de allanamiento de domicilio, en flagrante violación del artículo 47 de nuestra Carta Magna, cada vez más violada por el gobierno. Los estudiantes estuvieron incomunicados, violando el ordinal 2 del artículo 44 constitucional. Continuar desconociendo las garantías constitucionales puede conducirnos a la más  absoluta anarquía y la única responsabilidad será del régimen.