La otra cara

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La semana pasada me referí al papel positivo que realizan los buhoneros ofreciéndonos productos sin tener que soportar las largas, interminables y sobretodo improductivas colas. Pero ese es solo un aspecto de una situación compleja con muchas caras pues los buhoneros, si bien nos ayudan a conseguir lo que no encontramos, también son, por lo menos en parte, responsables de las desapariciones de los productos pues entienden y aprovechan muy bien la relación entre precio, demanda y oferta de un producto, relación que la ponen a trabajar a su favor.
Como todo el mundo, los buhoneros están conectados en redes sociales. Cuando uno de ellos descubre que ha llegado algún producto en un comercio formal,  avisa a su grupo que inmediatamente hace la cola. Pero mientras el ciudadano común compra solo lo que necesita para unas pocas semanas, cada miembro del grupo delbuhonero compra todo lo que puede y repite la operación una y otra vez hasta acumular mucho más de lo que necesitan para su consumo personal, creando más escasez y haciendo posible el negocio de la reventa.Además, con el precio más que inflado, las reventas agregan más inflación a la inflación.
El gobierno tal vez conoce de esta conducta pero no la combate pues, al fin y al cabo, los buhoneros son el pueblo y las reventas son una de sus fuentes de ingreso. Además, la escasez también le conviene al gobierno para hacer acusaciones truculentas contra la malvada burguesía empeñada en impedir la construcción del paraíso socialista.
Una solución de la economía clásica está en aumentar la producción hasta que todos los comercios estén surtidos. Esta es la solución capitalista: hacer que el mercado funcione en favor del consumidor.La otra es la solución de los socialistas marxistas: imponer captahuellas, establecer sanciones severas, crear brigadas y cuerpos de inspectores que metan las narices en los comercios y hacer un alboroto cuando encuentran a algún comerciante formal acaparando, y que casi siempre suele ser un pequeño comerciante y esto sin contar las veces en que los funcionarios matraquean al comerciante: lo normal, pues.
El asunto del contrabando de la gasolina es paradigmático: una alternativa ir subiendo el precio hasta que no sea negocio contrabandearla y esto se puede hacer sin crear un estallido social. Al hacer lo mismo con todos los productos subsidiados el contrabando y el acaparamiento cesarán inmediatamente. Por supuesto, también hay que mejorar la capacidad de compra de la población y esto se logra con mejores salarios que a su vez estén relacionados con la productividad, sin olvidar que la productividad viene antes que el aumento de los salarios. Pero ya se sabe, la producción y la productividad son el talón de Aquiles del socialismo marxista.

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