Al tiempo que tomó vida la humanidad, nació la lucha de unos contra otros, como reacción natural del hombre frente a posicionamientos.
Por consiguiente, la historia arrastra hasta la actualidad esta condición de las personas en la sociedad, en cuya modalidad se encuentra el llamado Bullying Escolar (hostigamiento escolar), un peligroso tipo de violencia practicado por niños y adolescentes en aulas y patios de escuelas y liceos, o a través de las redes sociales más utilizadas por ellos, desencadenante de cualquier forma de maltrato que va desde el psicológico, verbal o físico.
En Barquisimeto, se concentran más casos de acoso escolar por rivalidades de poder mayormente entre adolescentes en colegios privados localizados en el centro de la ciudad, indicó la abogada Indira Suárez, coordinadora del Consejo de Protección del Niño, Niña y Adolescente del municipio Iribarren.
“Como institución hemos atendido casos en los que se ha configurado el Bullying, y se ha aplicado el artículo 32 de la Ley Orgánica de Niños, Niñas y Adolescentes (Lopna), el cual establece el derecho que tienen los niños, niñas y adolescentes a que se les preserve su integridad física, psíquica y moral. A impedir que no sean sometidos a torturas, ni a otras penas o tratos inhumanos o degradantes”, indicó.
Agregó que el Estado, las familias y la sociedad están llamados por ley a proteger también a los niños, niñas y adolescentes de malos tratos y abusos.
Remarcó que este año ha recibido en su despacho varias denuncias de padres exponiendo casos de acoso contra sus hijos, así como de los propios adolescentes afectados por esta situación.
Precisó que durante el período escolar de enero a junio de este año se reportaron unos tres casos en liceos, cometidos por adolescentes mayores de 12 años, los cuales revistieron gravedad debido a los malos tratos físicos que llegaron incluso a desfiguración de rostros, y fueron objeto de responsabilidad penal para los autores, al tiempo que se abrió un procedimiento administrativo para las respectivas medidas de protección a las víctimas, entre estas, orientaciones psicológicas, talleres Lopna y talleres de adolescentes.
Manifestó que la institución cuenta con siete consejeros disponibles para atender a toda la población del municipio Iribarren, y se necesitan unos quince para cubrir la demanda requerida.
No obstante, expuso que al consejero que le corresponda realizar la guardia lo hace laborando las veinticuatro horas del día, es decir, “después de su horario de trabajo, a las 4:00 de la tarde, queda disponible un número de teléfono para llamarlo en el caso de que amerite resolver cualquier situación de emergencia”.
Hacen falta programas
La profesional del derecho sostuvo que si bien la Ley Orgánica de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (Lopna), dicta las pautas que garantizan sus derechos, cree que se necesitan programas mediante los cuales se apliquen valores a los jóvenes escolares transmitidos por un equipo multidisciplinario, entre los cuales participen psicólogos y psiquiatras.
Destacó, además, la importancia de que el Idena y otras organizaciones competentes implementen asistencia para adolescentes, y que establezcan escuelas para padres, ya que “los valores fundamentales y los principios están en la familia”.
En este sentido, no solo es pertinente que los padres muestren interés por la formación de los pequeños, sino especial atención sobre la forma en cómo se relacionan los niños con el resto de sus compañeros, si son agresivos o muy tímidos para expresar sus sentimientos.
Recalcó que Estado, familia y sociedad forman un triángulo de responsabilidades, cuyo buen ejemplo es el reflejo en la calle de niños, niñas y adolescentes demostrando un comportamiento ejemplar.