Los trabajos de ampliación de la avenida Ribereña, en el distribuidor de la calle 38, deberán estar listos para la fecha aniversaria de Barquisimeto pues ya falta poco para culminar los mismos.
La presidenta de Invilara, ingeniero Carolina Fortoul, se encargó este sábado de inspeccionar el cierre del antiguo acceso hacia el mercado San Juan.
Por años, quienes se dirigían desde la Ribereña hacia la 38 subían dos cuadras antes, pero con las modificaciones, posteriormente lo harán más adelante, hacia el oeste.
Además, quienes bajaban por esa calle hasta la avenida recorrerán unas cuadras más hacia el este para salir al lado de la cancha del sitio conocido como Bombón.
Explicó la ingeniero Fortoul que eso permitirá a los conductores disponer de 200 metros más para el retorno gracias a los trabajos que allí llevó a cabo Invilara pues tendrá a su disposición un nuevo canal y por ende el peligro que podría representar esa maniobra será menor.
Las obras de ampliación de tan utilizada arteria vial del sur de Barquisimeto se iniciaron hace unos dos meses y se ha tratado de reducir al mínimo las molestias a los usuarios, aunque este sábado, por la movilización de maquinarias y el inicio de la construcción de la acera que impedirá la salida de vehículos hacia la calle 38, se originó un congestionamiento automotor en sentido este-oeste, aunque para la ingeniero encargada de dirigir las acciones eso se convertirá en pocos días en mayor espacio para el fluido vehicular.
Se pudo conocer que la próxima semana se espera culminar la rehabilitación de la capa de rodamiento e iniciará la colocación de las lámparas que iluminarán de noche la importante vía.
Desde Invilara se ha insistido en que el propósito es convertir la Ribereña en una arteria vial segura, con la construcción o ampliación de los distribuidores necesarios, como el de la Uruguay o el de Tarabana, cuyos trabajos avanzan con normalidad.
De acuerdo a estudios técnicos por allí se desplazan diariamente unos 70 mil vehículos y si con frecuencia ocurren accidentes, algunas veces con saldos mortales, no se debe a condiciones de la vía sino a imprudencias por parte de conductores.
En varias oportunidades se ha insistido en la necesidad de establecer un patrullaje permanente, en especial en horas de la noche, pero hasta ahora eso solamente se hace de manera esporádica pues se han limitado a la instalación de puntos de control por parte de la policía o Tránsito, que, como se ha comprobado, no surten efecto alguno contra los abusadores con la velocidad de sus máquinas, culpables de la mayoría de las tragedia que allí han ocurrido.
