Los derechos de las minorías

Venezuela a través de los tiempos ha sido un país con una población mayoritariamente proclive a irrespetar todas las normas cuando de la búsqueda del beneficio personal o egoísta se trata. Existen venezolanos que con tal de obtener ganancias de una situación o ver coronadas sus ambiciones más alocadas no se paran en escrúpulos. En la actualidad lo vemos en todas las acciones que realizan tanto el gobierno como la “oposición” oficial, que cada vez asemejan mellizos idénticos. Es difícil determinar cuál es más traidor a la patria y mediocre. Por dinero son capaces de cualquier exceso, y lo peor es cuando actúan con bajeza aparentando honestidad.
Un aspecto singular en esa mayoría de ciudadanos “malos hijos de la patria” como los definía uno de los venezolanos fundamentales del siglo XX: Juan Vicente Gómez, es el desprecio profundo que sienten por los derechos de las minorías. Ejemplo de ello lo pueden ser innumerables acciones del narco gobierno venezolano para pisotear las iniciativas de quienes se les oponen sinceramente e inclusive de quienes diciendo oponerse negocian suciamente por debajo de la mesa.
Sin embargo, el ejemplo que quisiera citar hoy es el que se está dando en la llamada “Mesa de la Unidad Democrática” Cómo, quienes allí se abrogan la “representación de las mayorías” maniobran para aplastar los planteamientos de otros actores políticos que proponen acciones distintas a la pasividad complaciente y colaboracionista de los “mayoritarios” Nicolás Maduro o Diosdado Cabello son unos niños de pecho ante los aires dictatoriales de Henry Ramos Allup, cuya voluntad absolutista tiene la última palabra en la cada día más devaluada mesa. Con una arrogancia digna de Carlos IV o de Fernando VII maltrata a quien piense distinto a él. No son capaces de aclarar como gente que dice tener quince años en la oposición exhibe riquezas inexplicables e insólitas vinculaciones con negociados fabulosos a través de parientes cercanos, pero, atacar despiadadamente y en comandita con el narco gobierno, a quienes pretendan adelantar iniciativas que sinceramente allanen el camino para que Venezuela retome la senda democrática y tenga un gobierno decente, eso si lo hacen con placer.
Cuando los venezolanos en conjunto comprendamos que la democracia consiste no en imponer los derechos de las mayorías sino en proteger y respetar los derechos de las minorías viviremos en paz. Cuando nadie pueda abrogarse la representación de la “mayoría” para humillar a las “minorías” comenzaremos a ser el país civilizado que soñó Don Rómulo Gallegos y que siempre trató de sembrar en la mente de los venezolanos y en especial de sus discípulos, entre ellos el más destacado: Rómulo Betancourt. Definitivamente para dejar atrás a la barbarie debemos aprender a respetar los derechos de las minorías.