El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, pidió este jueves transparencia y paz en la ciudad de Ferguson (Misuri, centro), sacudida por la violencia desde el sábado pasado después de que un policía blanco abatiera a un joven negro.
La pequeña ciudad vivió el miércoles su quinta noche de protestas por esa muerte, que reavivó el sensible debate del racismo en Estados Unidos.
El mandatario consideró que la policía tenía «la responsabilidad de ser transparente» acerca de lo que realmente había ocurrido cuando Michael Brown, de 18 años, fue abatido por un policía.
«Ahora es momento de paz y calma en las calles de Ferguson», dijo Obama a la prensa. «Ahora es momento de un proceso abierto y transparente para constatar que se haga justicia», acotó.
La noche del miércoles se registraron nuevas protestas que derivaron en disturbios, tras los cuales Obama advirtió a las fuerzas del orden contra un «uso excesivo de la fuerza contra manifestaciones pacíficas».
El mandatario subrayó asimismo que no había «ninguna excusa» para recurrir a la violencia contra los policías.
Según la cadena CNN y otros medios locales, la policía antimotines cargó contra los manifestantes cerca de una gasolinera incendiada, donde éstos se habían reunido, en un suburbio de esta ciudad de los alrededores de Saint Louis, la capital del estado.
Las imágenes mostraron a los manifestantes entre gases lacrimógenos y bombas de humo. La policía recurrió también al uso de granadas ensordecedoras, según el diario St. Louis Post-Dispatch.
Las fuerzas del orden fueron ampliamente desplegadas y los policías, visiblemente tensos, estaban fuertemente equipados.
La fotografía de un francotirador en uniforme militar que apunta a la protesta con su fusil de mira, desde un vehículo blindado, circuló por las redes sociales, muy activas a favor de los manifestantes, para denunciar el hecho.
La policía detuvo brevemente el miércoles a dos periodistas -uno de ellos corresponsal de The Washington Post- que luego fueron dejados en libertad sin cargos, lo que generó molestia en los medios.
Este jueves el gobernador de Misuri (centro), Jay Nixon, informó que desde este momento la policía del Estado se hará cargo de la seguridad en Ferguson.
«Últimamente esto parece una zona de guerra y eso no es aceptable», indicó sobre la situación reinante en Ferguson, para acotar que «tenemos que mantenernos juntos para reconstruir la confianza perdida y ayudar a esta comunidad a encontrar su estabilidad».
Las tensiones y disturbios se incrementaron el domingo después de una ceremonia en memoria de Brown.
Las versiones sobre los hechos difieren. Según un testigo, Brown, quien había ido a visitar a su abuela y no estaba armado, caminaba por la calle cuando un policía le disparó a pesar de haberse detenido y haber puesto sus manos en alto, como le exigió el agente.
Según la policía de St. Louis, Brown fue abatido después de agredir al policía y tratar de robarle su arma.
«Muerte absurda»
El jefe de la policía de la ciudad, Tom Jackson, afirmó por su parte que el oficial responsable de los disparos había sido herido en la cara, sin dar más detalles.
Por razones de seguridad, la policía, que ha recibido amenazas, no ha querido divulgar el nombre del autor de los disparos. Según los medios, integra los cuadros de las fuerzas del orden desde hace seis años y no había tenido problemas particulares.
Desde ese día, la comunidad negra se movilizó y las manifestaciones se han repetido en esta ciudad en la que 14.000 de sus 20.000 habitantes son de origen afro-estadounidense y cuya policía es mayoritariamente blanca, pero además los disturbios se reprodujeron en otras urbes.
Obama ya había llamado el martes a la calma en Ferguson y al diálogo, recordando que el FBI ha lanzado una investigación federal, paralela a la de la policía, para esclarecer el caso.
La muerte de Brown es «de nuevo la muerte absurda de una persona de color», dijo por su parte el abogado de la familia, Benjamin Crump.
Crump hizo referencia a otro caso acontecido en 2012 en el estado de Florida, donde el vigilante voluntario George Zimmerman mató de un disparo al adolescente negro Trayvon Martin.
En un controvertido fallo, un jurado absolvió a Zimmerman invocando una polémica ley de Florida y estimando que había actuado en defensa propia.
En Miami, medio centenar de personas protestaron este jueves contra la violencia policial tras la muerte de Brown, pero también para pedir justicia a un año de que el artista colombiano Israel Hernández, de 18 años, muriera al recibir una descarga eléctrica de una pistola Taser de un agente de la policía de Miami Beach, sin que hayan sancionados hasta el momento.
«Necesitamos que se investiguen todas las muertes. Tenemos un problema nacional de la policía matando a nuestros jóvenes latinos y afrodescendientes», dijo a la AFP la estudiante venezolana Daniela Saczek, una de las personas que manifestaron frente a la oficinas de la fiscalía del sur de Florida para pedir justicia.