Hace poco más de un mes los vecinos del sector El Oreganal, entre los kilómetros 10 y 11 de la carretera Barquisimeto-Río Claro, protestaron cerrándola para denunciar la existencia de una amplia y profunda falla de borde en el sector.
Durante más de dos horas el tránsito automotor permaneció interrumpido a la espera de algún funcionario del Ministerio de Tránsito Terrestre (MTT) que ofreciera información positiva con respecto a la seria avería de tan importante arteria vial.
Les prometieron atender el problema a la mayor brevedad posible y los vecinos, confiados en la promesa oficial, se retiraron, con la esperanza de que en pocos días llegarían las cuadrillas del MTT a eliminar lo que a simple vista se podía determinar era un serio peligro para los viajeros.
“Eso es un grave peligro porque la carretera ha quedado reducida a un solo canal y sólo por milagros no ha caído un carro en ese hueco”, dijo ese día Virginia Baraona, una de las dirigentes del sector.
Ya ha transcurrido más de un mes y la hondonada continúa amenazante, cada día más extensa y más honda, pues siempre que que llueve el agua arrastra otro pedazo de tierra y asfalto, y hasta los objetos que los mismos vecinos han colocado como advertencia para los conductores han tenido que ser sustituidos.
Los usuarios de la vía Barquisimeto-Río Claro reconocen que el MTT, luego de unas cuantas denuncias periodísticas y protestas de transportistas, recuperó la mayor parte eliminando la gran cantidad de huecos, zanjas, fallas de borde y derrumbes que la habían convertido en intransitable.
Pero agradecen elimine la gigantesca falla de borde existente en el sector El Oreganal antes de que sigan los derrumbes y la carretera quede por completo cortada en dos y los habitantes de Río Claro incomunicados.
De ocurrir eso sólo les quedaría aventurarse por los caminos aledaños al río, actualmente completamente seco, o tomar la vía hacia Buena Vista, lo que representa una mayor inversión de tiempo para el recorrido hasta Barquisimeto, además de que no todo tipo de vehículo puede transitar por ellos.
Además, se debe tomar en cuenta el peligro que representa el hueco de El Oreganal, sobre todo en horas de la noche porque, además, no existe señalización alguna que advierta al viajero, concretamente al conductor, con suficiente distancia, sobre la reducción de la vía a un solo canal y por consiguiente el riesgo de encontrarse de frente con otro vehículo.